Lazos Rotos

Capitulo II

– Hoy será un día agotador Sabrina – dice rompiendo el silencio.

– ¿Por qué? ­– pregunto despegando la vista de la ventana, giro mi rostro para mirarlo.

– No lo sé, tengo una corazonada. Además, hoy es lunes – toca su cuello con una de sus manos, dándome a entender que está sufriendo stress.
– Si tienes mucho trabajo, puedes enviarme algunas de tus actividades por hacer. No te estreses –pongo una de mis manos en su pierna. Dándole apoyo.

– Posiblemente te enviare unas cuantas cosas pequeñas que tenía planificadas para hoy. Te lo are saber con Jessica. – suspira sonoramente.

– tu concéntrate en lo más importante hoy, yo me encargo de los detalles. –

– ¿Que pasara contigo?, no quiero que te exijas demasiado – aprieta, mi mano que tengo en su pierna.

– Yo estaré bien Alexander. –

– Se que ya tienes experiencia, en el mundo empresarial y todo eso. Pero se me hace desagradable, cargarte más responsabilidades. –

Terminamos en trayecto en silencio. Alexander detiene su auto cuando llegamos a EIDM Y CONSTRUCCIONES.

El sale primero del auto rodeándole por delante llega mi lado, abre la puerta para que baje. Maldito sea el día en que escogí esta falda tan ajustada que me llega hasta la rodilla. Fue un verdadero reto el salir del auto, sin que la falda se rompiera.

Le doy un beso en su mejilla por ser tan atento. Cierra la puerta del auto, y entrelazando nuestras manos, nos dirigimos a la entrada de nuestra empresa.

Al llegar a las grandes puestas de cristal
Leo el guardia de nuestra empresa nos abre la puerta doble rápidamente.

– Señor, Señora – inclina la cabeza en modo de saludo.

– buenos días, Leo – Alexa le tiende las llaves – por favor, estaciona el auto en el mismo espacio de siempre – Leo toma las llaves con una gran sonrisa.

– Hola, ¿cómo está tu esposa Leo? – este sonríe al yo mencionar a su esposa.

– Ella está muy bien, señora gracias por preguntar. –

– Qué bueno que lo este, dale mis saludos de mi parte. Bueno te dejamos, que tengas un buen día. –

Alexander y yo nos dirigimos a los elevadores, al esperar que las puertas de metal se abrieran mi celular comienza a sonar, con desespero lo busco en mi gran cartera. Al tenerlo contesto sin ver quien ha llamado.

– ¿bueno? –

– Señora, buenos días le llamo. Para recordarle que en 20 minutos más tiene la cita de don Álvaro Riquelme. – observo la hora en el reloj de mi muñeca que marca las 10:50.

Llevo mi mano a la frente, ¿qué quiere ese viejo verde? Pienso en mi interior. Alexa, me mira con una ceja levantada.

– Si Jessica, llegaré a la hora no te preocupes, ya voy en el elevador.
Por favor ten todo preparado para cuando llegue, el señor Riquelme. –

– Claro señora, nos vemos – sin despedirme ella cuelga la llamada.

– ¿Quién era? – pregunta Alexander.

– Era Jessica, llamaba para recordarme que tengo cita con el señor Riquelme. –

– ¿Otra vez? –

– si... –

Alexander observa con atención la pantalla de su móvil. –Respecto a la ayuda que me ofreciste ya no la necesito. –