Chapter 2

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La amistad entre ambos niños floreció.

Como flor en plena primavera.

Habían pasado los días y para desgracia de Hoseok no volvió a ver a su nuevo amigo. Hasta una semana después se enteró que iban al mismo colegio, luego de que entró a regañadientes a la biblioteca y lo encontró leyendo.

¿Cómo es que nunca lo vi? No dejaba de preguntarse cada vez que lo miraba desde lo lejos.

Se sentía como un agente secreto cada vez que iba a verlo, pero no se acercaba a hablarle.

—Hoseok.

—¡Ay! ¡Me asustas! —gritó, no tardando en recibir un regaño por parte de la bibliotecaria.

Rápidamente se quitó de donde estaba al ver que el pelinegro levantó la mirada de su libro. Llevó una mano a su pecho, mientras este subía y bajaba por el reciente susto.

—Uh, lo siento —dijo, con cierta diversión en sus palabras.

—Ya, olvídalo —pidió, con las mejillas rojas. Solo deseaba que su amigo no lo delatara. Llevaba días observándolo como para que el tonto de Kim lo echara a perder.

—¿Por qué tan nervioso? —acusó, levantando una ceja—. ¿Qué mirabas? —Quiso ver pero fue jalado por su amigo.

—No te atrevas. Kim.

—Uy, ni que te lo fuera a robar —bromeó. Hoseok solía ser el constante blanco de las bromas de Seon Woo

Prefería eso a ser víctima de esa mirada que gritaba "voy a matarte".

—No digas tonterías —se defendió—, solo vete.

—Oh... —Kim se recargó en el estante—. Ahora me corres, bien, me iré con Nishimura y le diré que nos has cambiado.

Hoseok rodó los ojos.

—Exageras. Además tú empezaste, así que no deberías quejarte —acusó, levantándose del suelo y cruzándose de brazos—. Siempre es Ni-ki esto, Ni-ki lo otro. Ni-ki es muy cool, y qué no sé qué. Todo es Ni-ki. Ni-ki. Ni-ki. Ni siquiera es un apodo tan bonito como Hobi —susurró, entre dientes.

—Eso no es cierto —quiso defenderse, pero el rubor en sus mejillas era más que evidente.

—Eres un traidor —señaló, con el ceño fruncido.

—No es cierto. —Apretó sus manos—. Tú eres el traidor. Todos los días haces amigos nuevos y yo no me quejo de nada. Pero solo yo me hago de un nuevo amigo que ahora también es tu amigo y resulta que me tratas así.

Los ojos de Kim se cristalizaron de pronto. Hoseok sintió sus bellos erizarse.

—No, espera. Yo no quise hacerte sentir mal... Vámonos de aquí —le dijo, dándole pequeños empujoncitos para poder salir.

Yoongi levantó la mirada, observando a Hoseok irse de la biblioteca.

• 🥀 •

El tiempo y los cambios es algo de lo que no podemos escapar. Las veces en las que nos damos cuenta de que algo ha cambiado, tienden a ser demasiado tarde y ya no hay nada que hacer.

Hoseok nunca pensó que su vida cambiaría de un día para otro; en un abrir y cerrar de ojos.

Al cumplir los trece años y presentarse como un Omega, las cosas para él cambiaron un poco.

En el transcurso de su niñez, Yoongi y él habían formado un lazo de amistad tan fuerte que era inevitable para los demás no percibirlo, incluyendo a sus padres.

Ellos sabían del pequeño Omega que no se despegaba de su hijo; al igual de lo importante que era para él.

Una vez cumplió los quince años, luego de presentarse como un Omega, la familia Min emprendió camino a su casa para pedir su mano. La respuesta fue obvia y las molestias, también. Ambos padres se negaron y le prohibieron a Hoseok que se juntara con el hijo de los Min.

Fue casi imposible para ellos separarlos, como lo fue el cumplir la promesa de protegerlo para siempre.

Pues ambos murieron en un accidente de carretera cuando Hoseok cumplió dieciocho años.

Él nunca pensó que sus padres llegarían a dejarlo solo y varado en este mundo. Nunca imaginó que la Diosa luna le arrebataría a su única compañía y que lo castigaría de esa manera. Lamentó lo que hizo en su vida pasada para merecer ese castigo y decidió que a partir de ese momento actuaria según su corazón decidiera.

Cumpliría la promesa hecha con sus padres de ser un chico de buen corazón.

Al ya no tener familia o alguien con quien quedarse, la familia de su novio le ofreció un lugar en donde vivir, sin necesidad de algo a cambio.

Se seguía lamentando el que sus padres nunca pudieron enterarse de su noviazgo. Y una parte de él sentía culpa por desobedecer sus reglas de no acercarse a Min, pese a que ellos le habían dicho las razones por las que no debía hacerlo.

Nunca entendió el por qué, mucho menos logró comprender su desesperación al no quererlo junto a él.

Min era un buen chico. Le había demostrado con el paso de los años que él no era igual al resto y que marcaba la diferencia entre los demás alfas.

Le parecía una tontería pensar que Yoongi le haría el daño que sus progenitores le advirtieron; eso nunca sucedería porque lo conocía y sabía que jamás se atrevería a hacerle daño.

Y su único error fue olvidar que detrás de la aparecía de una hermosa y colorida flor, siempre habrá espinas con las que dañar.

Por ti| Yoonseok ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉWhere stories live. Discover now