[1] - Celos

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Los entrenamientos con Sasuke comenzaban bien temprano. Y como ya era costumbre, primero desayunaban y después hacían algunos ejercicios para entrar en calor. Lo más importante era lo previo. La comida era importante. Necesitaba tener energías. Boruto comió apresurado y se atoró. Sasuke resopló. Definitivamente era el calco a su padre. En vez de saborearla, solo la tragaba. ¿No podía ser un poco más precavido? Terminó lo suyo y se puso de pie. Algo pareció llamarle la atención.

Habían recorrido varios lugares en su viaje. Y estaban investigando acerca de unos ninjas renegados del país del Rayo. Se suponía que era una misión de infiltración para Kumo. Lo hacían porque así Sasuke podría llevarlo a un templo para enseñarle una habilidad especial, donde mejoraría sus capacidades.

—¿Qué ocurre maestro?

—Escucho algo—respondió atento—. ¿Tu no?—era obvio que no.

Boruto dejó lo que hacía y se puso en guardia. Si su maestro captaba algo inusual, por algo era. Las hojas de los arbustos que se encontraban a unos metros de ellos, comenzaron a sacudirse como si algo saldría disparado de allí y sí, bastaron segundos para que los dos desenfundaran sus katanas y se pusieran en guardia, para que al salir algo de allí, descubrieran que era un ninja. Más bien un adolescente de la edad de Boruto o tal vez más grande.

Lo cierto es que estaba herido y tenía algunos rasguños en sus ropajes. La bandana que llevaba puesta era del país del rayo, era albino y unos ojos violeta extraños. Era más delgado que él y no parecía que fuera un ninja de alto rango. Sasuke no hizo nada. Y por más que estuviera herido, no se acercó. El que lo hizo fue Boruto. Su maestro intentó detenerlo y no lo hizo porque ya estaba agachado a su lado. Preocupado.

—Oye, ¿te encuentras bien?

El chico pronunció un gemido adolorido y al levantarse a su lado, se sujetó el brazo adolorido. Tenía una herida bastante profunda en su brazo derecho. Boruto se preocupó. Estaba herido. Alguien lo había atacado.

—Está herido, tío Sasuke.

—No sé iryoninjutsu—se defendió. Dejó escapar un suspiro—. De acuerdo. Le pondremos vendas.

Boruto asintió y lo ayudó a caminar hasta la tienda donde acampaban. Allí le hizo los primeros auxilios con lo que tenían en el botiquín del Uchiha. Lo vendaron y le pusieron agua oxigenada para las heridas. Cuando terminó de hacer los primeros auxlios, el albino pareció relajarse. Los miró confundido.

—¿Quiénes son ustedes?

—Lo mismo queremos saber nosotros—atajó Sasuke.

—Soy Takomaru Eru—se presentó dolido—. ¿Son de Konoha?

—¿No parece?—señaló su banda y extendió su mano—. Uzumaki Boruto.

El chico amplió sus pupilas y enseguida le correspondió el apretón de manos. Boruto presentó a Sasuke. Una vez más se mostró sorprendido. ¿Y cómo no? Eran dos ninjas muy conocidos. No solo por sus pasados, también por su descendencia. Eru pronunció unas palabras:

—Así que eres el hijo del Séptimo Hokage, ¿no?—el rubio odiaba que lo llamaran así, pero asintió—. ¿Y es cierto que tiene una hija?

Boruto parpadeó. ¿Y eso qué le importaba? Bueno, Sarada era conocida por ser la última Uchiha pura, no podía negarlo. Era conocida como su padre. Ahora sería la próxima Hokage en unos años. También se estaba haciendo conocida por todas las misiones y sus habilidades como Jounin. Miró de reojo a Eru, algo en su estómago se revolvió, ¿qué demonios le importaba Sarada? ¿Por qué de repente?

—Sí, Uchiha Sarada.

—Imagino que debe ser bonita como dicen los rumores—continuó. Boruto hizo una mueca. Quería hacer un comentario para que se callara.

—Claro que no, es fea—asumió sin créerselo. Era bonita. Sarada era bonita, solo que no lo admitiría. Claro que no.

—¿Fea?—lo miró inquisitivo—. Creo que debe ser hermosa. Sakura Uchiha es una belleza. ¿No?

Ahora fue Sasuke quien estaba mostrándose celoso. ¿Había dicho qué? Ese sujeto se ligaría un puñete de alguno. Boruto miró rápido hacia su maestro, por fuera parecía calmdo, pero estaba seguro que moría de ganas por hacerlo callar. Nadie adulaba a su esposa frente a él ni a sus espaldas. Se la verían con él y sus celos. O eso prefería aparentar. Lo cierto es que, no quería dar cuenta de su infantilismo. Tenía que dar el ejemplo a su alumno.

—Claro que es muy bonita—respondió seco, Sasuke—. Pero no la mires demasiado, porque es mi hija.

Boruto sintió que esa amenaza también iba para él. Tragó pesado. No conocía el lado protector de su maestro. Así que no quería que ninguno se le acercara. Eru se quedó con ellos. Al parecer era el único que conocía la forma de ingresar al templo y encontrarse con las personas que buscaba Sasuke. Necesitaban un puente y ese sería él.

Boruto ese día comprendió que Sarada era más importante de lo que creía y que no permitiría que ningún chico se le acercara. Ni mucho menos con intenciones amorosas. No quería que nadie se la robara. ¿Se la robara? Sus dudas crecían.

¿Qué siento por ti, Sarada?



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NOTA:

7u7

Creo que algunos se pusieron celosos 

¿Cómo creen que seguirá esto?

No habrán enfrentamientos como tal, eso será en Conectado A Ti, 

Pues esta historia si bien es de Ninja es más de romance, por lo que Boruto contará en sus notas lo que siente por Sarada y cómo lo descubre. Y ya después qué hará con esos sentimientos.

Disfruten <3

Espero que les esté gustando


Lo Que Siento Por Ti (BoruSara)Where stories live. Discover now