Su gran sonrisa brillaba como nunca, siempre era hermosa, pero esta noche se veía espectacular.
Por toda la casa había miles de sonrisas que brillaban.
Salí a pasear dentro de la casa, recorrí todas las habitaciones, una a una y cada rincón minuciosamente hasta que estuve seguro, la luz más bonita era la que estaba sobre la cama de su cuarto, ninguna se le compararía nunca.
Verle era toda una exquisitez, podía admirar su intenso color rosa anaranjado. perderme en un mundo lleno de maravillas. Soñar despierto, mientras su sonrisa ilumina todo el cuarto. Pero lo más maravilloso de todo era que Ella siempre venía a hacer mi luz brillar.
Ella no es muy alta, tiene el cabello largo en dos trenzas y los dientes salidos, pero tiene el corazón más generoso del mundo, cuida de mí y de mi luz, solo Ella sabe que estamos aquí, pues dice que sí sus papás nos vieran de seguro que nos sacan de la casa, así que nos oculta en su cuarto.
El aroma de la cocina me llamaba, pero robar una sola galleta causaría todo un revuelo, así que, lo mejor es esperar, esperar a que ella regrese y me de una galleta y esperar a que haga brillar mi luz.
Hoy la luz no brilla como siempre, creo que esta enferma, me pregunto ¿sí le doy una galleta se sentirá mejor? Las galletas siempre me hacen sentir mejor. Ella aún no regresa, pero no le queda suficiente tiempo a mi luz como para esperar. Me escabullo hacia la cocina por las escaleras, bajo cada escalón de madera con sumo cuidado, me sujeto bien a la pared tratando que mi color verde azulado no resalte, mi cuerno se engancha en el barandal, pero logro liberarme sin que nadie lo note, es un camino peligroso, puede que todos griten al verme si no soy silencioso.
Llego a la cocina con éxito y con el corazón en la mano tomo una galleta y corro tan rápido que se me rasgan los pies.
Al volver se la doy a mi bella luz, pero por alguna razón ella sigue sin brillar igual, la veo, quiero que vuelva a ser la misma de antes, mis ojos están pesados creo que cerraré los ojos un momento.
Me despierto pero todo está oscuro, no puedo creer que estoy rodeado de la oscuridad nocturna, el miedo se apodera de mí, empiezo a chillar, la llamo a Ella, seguramente sabe que hacer.
Ella llega, me toma entre sus brazos y me susurra "tranquilo todo va a estar bien" toma una bola de cristal y la coloca en su lugar, mi luz vuelve a brillar.
Los días pasan, pero ahora vivo asustado ¿Qué va a pasar si mi luz deja de brillar de nuevo?
Paso horas viendo a mi bella luz, vigilo que nada le pase, que nadie se le acerque.
Ella no ha venido en varios días, pero todo esta bien mi luz brilla.
Me preguntó sí Ella estará bien, ya no recuerdo su rostro.
Sus padres han dejado unos papeles en la cocina, los leo "leucemia" no se que es eso, pero su familia está triste y yo también.
Todo esta raro, cosas empiezan a desaparecer, me duermo y al despertar pfff ya no está lo que antes ahí andaba.
Sus padres van de aquí a allá, yo me escondo para que no nos encuentren.
Algo terrible pasó, no está, mi dulce luz ha desaparecido, he hecho todo, incluso ir a la cocina, sin importarme que me vean o si mi cuerno rompe el barandal, pero Ella no está y mi luz tampoco.
Ya no hay nadie ni nada en la casa, ni siquiera el tarro de galletas. Solo estamos la oscuridad y yo con un montón de recuerdos dulces y brillantes.
