GALLETAS OREO

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Ya tocaba el recreo y ahí estaba comiéndose una galleta oreo. Él sabía que me encantaban y creía que iba a caer en su estúpida trampa, pero esta vez no fue así. La movió delante de mi cara, y yo ya había aprendido que si intentaba alcanzarla él la apartaría sin pensarlo y soltaría una carcajada que él pensaría que me molestaba. Así que esta vez no traté de cogerla, sólo esperé a que se cansara, y eso fue lo que sucedió. A continuación, pasó a la segunda parte, abrir la galleta y chupar la crema blanca. La abrió lentamente poniendo cara erótica, tengo que admitir que me hacía gracia, pero no hice ningún sonido. Chupó la crema muy despacio haciendo el típico sonido de uuuhhmmm que parecía que estaba teniendo un orgasmo. Al ver que no obtenía ninguna reacción por mi parte subió el volumen de sus gemidos hasta que se quedó sin crema que chupar. Al terminar, me miró desafiantemente y se comió una de las partes de galleta haciéndola chocar contra sus dientes y partirla para que oyera el crack. Vi que algunas migas negras cayeron al suelo y pensé que menudo desperdicio de galleta. He de admitir que sucumbí a sus encantos cuando pasó al siguiente trozo, y se lo quité antes de que pudiera tocar su boca. Salí corriendo con mi galleta y él me empezó a perseguir por todo el patio mientras nos reíamos a carcajadas.


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