Capítulo 1: El paso que lo cambia todo

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En una pequeña ciudad de Chile, específicamente en Copiapó, vivía un joven de 15 años llamado Thomas, cabello oscuro, ojos color marrón, cejas gruesas, labios ni muy delgados ni muy gruesos, una barbilla puntiaguda, orejas un poco grandes, medía 1,75 metros, de contextura delgada, tenía una personalidad tímida, era introvertido, su psicólogo le había diagnosticado principio de agorafobia pues Thomas cargaba consigo un pasado muy duro el cual le había creado un temor hacia el exterior. Su madre y su padre se encontraban muy preocupados por su hijo, pues él seguía estudiando y rindiendo los exámenes, pero todo desde su casa, debido a que el miedo que Thomas había desarrollado al exterior era tanto que le llegaba a causar pánico el solo hecho de pensar ir afuera.

Sus padres recurrieron múltiples veces al psicólogo en busca de una solución que les permitiera erradicar ese miedo de su hijo, el psicólogo les recomendó que su mejor opción era practicar un deporte, ya que si el joven lograba desarrollar alguna pasión por algún deporte pues poco a poco podría ganar seguridad en sí mismo y comenzar a salir hacia el exterior nuevamente. Sus padres intentaron de todo, desde levantamiento de pesas, hasta gimnasia rítmica, sin embargo, durante 4 meses estuvieron llamando a diferentes profesores de distintos deportes que intentaban captar la atención del joven, pero no hubo suerte, un día como última opción decidieron intentar con el boxeo, pero esta vez sería diferente pues llamarían no a un profesor si no a un boxeador profesional, a nada más ni nada menos que el campeón de peso Welter de Chile, Pablo Sandoval alias Rocky, los padres de Thomas harían la llamada y el campeón decidiría ir en su ayuda, 1 semana más tarde Rocky llegaría a su casa donde este se presentaría ante los padres de Thomas y se encontraría con el joven el cual estaría sentado en un sillón de la sala de estar donde sus padres se quedarían viendo todo desde la cocina y el campeón se acercaba a Thomas para presentarse:

-Hola, me llamo Pablo, pero la gente me conoce como Rocky, dime ¿Cómo te llamas? – diría el campeón mientras miraba con una sonrisa en su rostro al joven.

-Me llamo Thomas… - diría el joven con una voz suave y apenas perceptible.

-Bueno Thomas, creo que ya sabes yo soy un campeón de boxeo profesional y ya sabes a que vengo, pero no voy a darte sermones motivacionales sobre la magia del boxeo, ya que es imposible describirlo – después de decir esto Rocky se levantaría del sillón y estirando su mano en forma de invitación hacia Thomas:

– quiero enseñarte algo muchacho, ponte de pie, vamos – se produjo un silencio de unos 5 segundos donde Thomas se quedó pensando si debería intentarlo, pero luego miro fijamente a Rocky el cual con una mirada fija y un brillo en sus ojos miraba al joven, esa mirada fue más que suficiente para convencer a Thomas de al menos intentarlo. Una vez de pie Rocky le pregunto a Thomas si este era zurdo o diestro el cual respondió que era diestro y Pablo se puso en pose de pelea:

-Ahora mismo en la posición en la que me ves es la guardia que deben usar los boxeadores diestros, donde mi mano fuerte que es la derecha se encuentra cubriendo mi cara y mi codo protegiendo mi hígado, mientras que mi mano izquierda se encuentra 1 cm por delante de mi rostro contraído casi por completo, mis piernas tienen una separación de 2 pasos flexionando ligeramente mis piernas, para finalizar giro un poco mi cadera dejando así mi lado izquierdo adelantado y mi lado derecho atrás – tirando una mirada al joven en forma de que imitara lo que estaba haciendo. Thomas se puso en esa pose en la cual él se sentía cómodo. Rocky se puso en frente de Thomas en la misma pose y este lanzo un golpe rápido con la izquierda y dijo:

-Eso que acabas de ver se le llama “Jab”, el cual es tu golpe más importante porque te sirve para mantener a raya a tu oponente y estudiarlo, vamos inténtalo- mientras ponía su mano derecha abierta para que Thomas lo golpeara en su palma.

-Si… - respondida Thomas anonadado ante la velocidad del golpe del campeón, para luego lanzar un golpe de izquierda sin fuerzas.

- ¿Es todo lo que tienes? - decía el campeón enojado - ¡Vamos, golpea con el corazón! –
Thomas lanzo el mismo golpe de izquierda, pero esta vez con más fuerza y rapidez, en el rostro de Rocky se dibujó una ligera sonrisa.

-Muy bien niño, ahora utilizaras tu derecha, la cual se llama “Cross”, para lanzarla debes apoyar todo el peso de tu cuerpo en tu pie que esta delante, luego girar la cadera y por último lanzar tu golpe de derecha- mientras que Rocky iba realizando todos los procedimientos que dijo para que Thomas los imitara, poniendo su mano derecha abierta de nuevo para que el joven golpeara la mano del campeón.

- ¡vamos, lánzalo! – Gritaba Rocky, Thomas lanzo el golpe y la mano del campeón salió disparada hacia atrás debido al gran impacto de su golpe, el campeón se encontraba sorprendido pues ese golpe era de categoría profesional. Rocky invitaría al joven a realizar una combinación, levantando sus 2 manos abiertas – Lanza el Jab y luego el Cross - Thomas obedecería y lanzaría esta combinación repetidas veces, el campeón quería sorprendido por el gran poder que tenía este joven en su puño.

Thomas mientras lanzaba estas combinación repetidas veces, no podía dejar de pensar en la frase que le había dicho el campeón “Golpea con el corazón”, ya que Thomas a medida que lanzaba cada golpe podía sentir que cada uno de estos cargaba con sus sentimientos, ya fueran sentimientos positivos o negativos, aquel miedo que tenía en su interior y que no había podido vencer desde hace meses podía sentir como lo derrotaba de a poco tras cada golpe lanzado, una sensación de calidez inundo su corazón, esta se iba llenando de valor tras cada repetición.

Rocky podía sentir como sus manos llegaban a temblar del gran poder que tenía este joven en sus puños y no podía dejar de pensar en el gran potencial que este joven almacenaba en su interior, de repente tuvo la brillante idea de comenzar a moverse, lo que Thomas no se esperaba era de que la idea del campeón era llevar a Thomas al exterior, ya que podía notar en los ojos del joven su concentración y como comenzaba a ganar más valor tras cada golpe.
Luego de numerosas repeticiones ya se encontraban en la puerta principal donde el campeón se giró para posteriormente abrirla, Thomas bajo un poco su guardia debido a lo que estaba a punto de hacer, entonces el campeón lo miró fijamente a los ojos y dijo -demuéstrame de que eres capaz, demuéstrame que puedes pelear con el corazón- Thomas armándose de todo el valor que había logrado formar a través de esos golpes vuelve a levantar su guardia, planta firmemente su pie izquierdo en el suelo y arremete con la combinación de Jab y Cross contra las manos de Rocky numerosas veces hasta que este le dice – suficiente, mira atrás- Thomas miraría atrás donde vería a su madre y padre en el marco de la puerta con los ojos llenos de lágrimas de felicidad, pues su hijo se encontraba en el exterior, este último miro a sus padres para luego respirar lentamente el aire puro del exterior, devolvió su mirada al campeón el cual tenía una sonrisa en su rostro.

Thomas no pudo hacer nada más que agradecerle por lo que hizo, pero que también se había enamorado del boxeo, por lo que dijo:

-Muchas gracias de verdad se lo agradezco, ¿cree usted que exista la posibilidad de que me siga entrenando? – con una voz emocionada.

-Claro, pásate por mi gimnasio y ahí hablamos- respondió Rocky con gran seguridad mientras le entregaba una tarjeta con la dirección de su gimnasio con el nombre “Godoy” a la par que se despedía de la familia y le decía a Thomas – nunca lo olvides, debes pelear con el corazón, te espero mañana- Thomas vio como Rocky se retiraba de allí, miro fijamente su puño derecho apretándolo con fuerza y soltando lagrimas porque al fin había logrado derrotar a aquel miedo que lo había atormentado, todo gracias al campeón y al boxeo.

Un Fénix en el ringDonde viven las historias. Descúbrelo ahora