—Mi madre ha estado llamando a mi tía todos los días, pero eso es todo.

   — ¿A ti no te ha llamado?

   —Ni una sola vez.

   Me rompe el alma escuchar la tristeza con la que pronuncia sus palabras.

   — ¿Y tú padre?

   —Supongo que debe estar feliz por no tener que verme la cara todos los días.

   Cierro los ojos y tomo una bocanada de aire. No me gusta escucharlo decir eso. No es bueno que se sugestione con pensamientos negativos. Pero, ¿Qué puedo decirle?; ¿Qué en realidad lo extrañan? ¿Qué están ansiosos porque regrese a casa? Eso tal vez sea una mentira y yo no quiero darle falsas esperanzas cuando tan arduamente está trabajando para hacer su vida sin ellos.

   —En realidad no me siento triste —parece leer mis pensamientos y para disipar mi tensión sus largos dedos se apoderan de mi espina dorsal—. Sé que esta es la mejor decisión. Vamos a ser capaces de vivir con tranquilidad. A pesar de todo quiero que ellos sean felices, porque aunque no hayan sido los mejores, aún siguen siendo mis padres.

   Es increíble que no les guarde rencor. Eso es lo mejor para él, llenarse de odio no va a traerle nada bueno. Menos si ese odio es hacia las personas que le dieron la vida.

   Sin miedo a equivocarme puedo decir que me siento orgulloso de él.

   —No creo que sea un buen momento para decírtelo pero, —me muerdo el labio inferior y decido confesarle lo que pasó el otro día en la escuela—. Ya conocí a tu madre. Bueno ya la conocía, pero me refiero a oficialmente.

   Alzo la cabeza para ver su reacción. Sus ojos se abren tanto que parecen a punto de salírsele de las cuencas.

   — ¿De verdad?

   —Hum... sí. Ella es realmente linda.

    — ¿Verdad que sí? —asiento y esboza una sonrisa triste—. Cuando era niño me decían que me parecía mucho a ella, pero como se molestaba por eso, dejaron de decirlo y entonces comenzaron a compararme con mi padre.

   Una nueva punzada y un nuevo odio hacia Lee Krystal se hacen presentes dentro de mí, ¿cómo puede molestarle que le digan que es parecida a su propio hijo? ¡No lo entiendo!

   — ¿En dónde la conociste? —gracias a los dioses Jeno decide cambiar de tema, porque de lo contrario seguramente ya le hubiera faltado al respeto a esa... mujer.

   —Saludó a Renjun el otro día —digo casualmente, tratando de no ser demasiado brusco—. ¿Ya me vas a contar qué relación tiene con él? Es decir, parecía una persona completamente diferente cuando la saludó.

   Jeno se queda callado. Por su expresión puedo ver que está pensando. 

   —Renjun le cae muy bien a mi madre —con la mano que tiene libre se talla el cuello y después suspira—, no tengo muy claro porque, pero parece amarlo. Cada vez que venía a casa ella se ponía eufórica. Mi padre no tanto, como que le daba igual, pero ella... ella simplemente lo adora.

   Frunzo el ceño y la verdad es que no sé qué hacer con esta nueva información. ¿Quizá la madre de Jeno está encantada por la personalidad de mi mejor amigo? Podría ser una opción, aunque no termina de convencerme del todo. Renjun no es una persona excesivamente amable o atenta. No entiendo que pudo haberle gustado tanto como para tenerle tal afecto al novio de su hijo.

   — ¿Por eso no podías terminar con él? ¿Ella te obligara a que estuvieran juntos?

   Jeno me mira pero después de algunos segundos deja de hacerlo y es ahí donde tengo un mal presentimiento. No me gusta cuando no me sostiene la mirada, me hace sentir inseguro.

Extraño |NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora