7. Pensamientos

17.5K 1.6K 3.1K
                                    

Como no tengo el valor suficiente para ver a Jeno a los ojos, termino encerrándome en mi habitación, esperando a que se me pase la vergüenza. Acepto que mi comportamiento está lejos de ser maduro, pero es algo que no puedo evitar. Todavía estoy sonrojado por lo que sucedió hace un rato y a pesar de que fue algo estúpido, carente de significado, su sola presencia me hace sentir incómodo.  

   No sé si Jeno fue a dormir o si divaga por las cuatro paredes de su habitación como yo, pero el profundo silencio que hay en la casa, me indica que está más tranquilo de lo que yo podría estar jamás.

   Y eso me mortifica, porque quiere decir que, como siempre, el único que se rompe la cabeza con tonterías, soy yo.

   Quiero dormir durante toda la tarde y despertar hasta la cena para intentar olvidar éste desastre. Al recordar que el maldito proyecto de ciencias me espera dentro de la mochila, tengo que ser responsable por una vez en el semestre y ponerme a trabajar.

   ¿Se nota demasiado mi entusiasmo? Detesto tener que entregar proyectos que involucren hacer hipótesis, experimentación, conclusiones y todas ésas cosas que conlleva el método científico. Personalmente creo que es una grandísima pérdida de tiempo, pues no importa que tanto intenten hacernos todos unos investigadores, existirán algunos cuantos flojos como yo, a los que no les importe en lo más mínimo.

   Desafortunadamente, deprimirme no va a traer nada bueno, así que pongo manos a la obra y comienzo buscando información en las fuentes que Renjun me ayudó a sacar. Hasta el tema es estúpido, la mega diversidad, es algo que ya vimos desde el primer año, ¿para qué seguir con lo mismo? Estoy harto de describir ecosistemas y tratar de concientizar a las personas ignorantes para que dejen de matar animales.

   De esa manera paso los siguientes cincuenta minutos tratando de buscar información y no maldecir demasiado. Aunque igual, no da ningún resultado. No importa que tan alto ponga la música en los auriculares o lo mucho que me diga que entre más pronto avance mejor, estoy aburrido y no soy capaz de concentrarme porque tengo la cabeza tan llena de cosas, que me bloqueo.

   Cansado de no avanzar realmente, cierro la laptop, me pongo de pie y estiro los brazos tras mi espalda para tonar mis huesos. Mi estómago ruge y quizás por eso me encuentro tan indispuesto. Con tanto ajetreo, olvidé por completo comer algo.

   Pero, la idea de salir a la cocina y encontrarme con Jeno en el proceso, me aterra. No puedo creer que haya llegado a un punto de mi vida en donde tengo miedo de salir hasta de mi propia habitación. Supongo que así son de jodidas las cosas algunas veces.

   ¿Jeno pensará que estoy loco? Probablemente. En realidad no me molestaría tener que cargar con sus suposiciones. A fin de cuentas no esta tan equivocado. Mi propia paranoia me ha sometido a un grado de presión que ni yo mismo sé manejar.

   No he olvidado que tenemos que hablar. Desconozco si Jeno tiene ganas de contarme lo que pasa en su vida, supongo que no a todos les gusta desahogar sus penas con un extraño. Sin embargo, fue un acuerdo y francamente es absurdo que trate de esconderme de él cuando los dos estamos en la misma maldita casa.

   Juro que nunca me sentí tan confundido como ahora.

   Suelto un largo y profundo suspiro antes acercarme y tomar el pomo, abriendo lentamente la puerta. El silencio es absoluto, interrumpido únicamente por el chirrido de la puerta. Me pongo de puntitas y camino por el pasillo, hasta que caigo en cuenta de lo que hago y me digo a mi mismo que tengo que dejar de ser tan estúpido.

   No hay señales de Jeno en la sala, y con un poco más de confianza me dirijo hacia la cocina. Voy a preparar dos sobres de ramen, por si acaso quiere uno. Me siento mal por estarlo alimentando a base de comida instantánea, pero sólo hasta que mi madre llega por las noches, es cuando se puede comer algo nutritivo aquí.

Extraño |NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora