CAPÍTULO 1: Kassabian Palace

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CHICAGO, ESTADOS UNIDOS

Invierno, 2017

                 Los últimos días no habían sido los mejores de su vida, Ray por tercera vez recaía tras su adicción a la heroína, Amina ya estaba totalmente devastada al ver jeringuillas de Insulina bordeando su cama, en donde compartía sueños con él. Alguna vez habían sellado su amor con el tino de un venado acercándosele a un león hambriento, cegada totalmente por las promesas de lo que ella llamaba "Un hombre luchador y valiente, capaz de rehabilitarse".

           Nina Bellamy, a sus 28 años de edad había conseguido casi todo, pretendía hacer creer a su familia lo feliz que era en Chicago, alquilaba un departamento cerca del Addison Park District, en la Stone Avenue. Su edificio era tan antiguo que todos le ponían un nombre distinto. Nadie realmente sabía cómo se llamaba.

  — Sí, mamá, te dije que estoy bien, he conseguido muy buenas ofertas y me estoy dejando desear... — Contestó Nina a la llamada que le hacía su Tía Ester para que su madre hablara con ella. Mentía otra vez.

— ¡Te quiero enviar muchas cartas, amor! Estoy muy orgullosa de mi niñita. Espero me dejen enviarte la carta en español... — Gritó la señora, como si la distancia no fuera vía satelital. A sus 58 años aún no comprendía el móvil.

—¡Marta! ¡Deja en paz a la pobre Amina, y por Dios cómprate un celular! – Las palabras más acertadas de su padre provenían como si estuviese detrás de Marta. Amina sonrió y se alejó un poco el celular de su oreja, esperando que dejaran de gritar. Además, sabía que su madre no estaba hecha para seguir códigos de tecnología.

—¡Papá no la hagas sufrir! y por favor no me griten, estoy lejos pero el teléfono cumple la función de intercomunicador ¿saben? 

Guasap no es para señoras, es para jóvenes mileniales, eso escuché en la TV — Marta se explicó con aquellas palabras y todos estallaron como si estuviesen en el mismo lugar, su ocurrencia no los dejaba de desconcertar. — ¿Cómo vives? ¿Estás bien? — volvió a preguntar Marta.

— Mi piso es muy espacioso y además una vista espectacular, tienen que venir a visitarme — Dijo observando tres muebles que tenía en la sala y un florero con flores secas.

— ¿Dónde vives? ¿Cómo se llama ese edificio? Debo asegurarme de que estés a salvo. — le tembló la voz por un momento, pero se calmó, Marta no pretendía asustarla.

— En el... en el... K... — Nina miró hacia su laptop para tratar de hallar un nombre elegante, pero sólo aparecía la ventana de su pen-drive abierta. — Kingston, King de Rey y Stone de la calle donde vivo... por eso... — Dijo aliviada y a la vez culpable por esa grandísima mentira. Se había vuelto una mentirosa compulsiva.

— Es un excelente nombre Nina, espero sea tan cómodo como se oye, hija— contestó Marta, creyendo las palabras de Amina como si fuesen su calma.

       Después de haberse mimado por teléfono con su madre, era hora del relajo, post mentiras familiares.

        Sus largas pestañas aleteaban al ritmo de Hard Times de Paramore. Su stereo se conformaba por dos altavoces y un conector auxiliar hacia su teléfono. Estaban frente a la ventana que daba hacia otro edificio contiguo, obviamente no merecía la vista de Chicago, sino sólo del edificio peor que en el que ya estaba viviendo.

           No tenía mucho dinero – al contrario de lo que pensaba su familia – como para comprarse un home cinema. Le subió al stereo, hasta tener el volumen que sus oídos y su corazón necesitaban para desearle todo el mal al sucio de Ray Daniels, quien tras pocos pero intensos meses de relación, le había hecho añicos el muslo izquierdo. Aún dolían sus puntapiés, por poco la habría cambiado por algo de heroína, pero ella se decía a sí misma que enamorarse de un hombre era enamorarse de sus demonios también, y ahora, escuchando como adolescente música de jóvenes, se sentía como la peor de las ingenuas de Nunca Jamás, ¿Qué había bebido ese día para haber pensado tal cosa? ¿Tan cliché iba a ser para someterse al dolor primero, que al amor? Amina se estaba prometiendo a sí misma que nada de eso iba a volver a ser parte de su vida, todo lo desastroso que podría haber sido su primer enamoramiento, ya se había acabado y enterrado para siempre.

Bruja de FuegoWhere stories live. Discover now