Nunca estarás solo [Chara x Asriel] - Undertale

Capítulo 2: Enamorándose

Narra Asriel

Un rato después, cuando había dejado de llover, nos despedimos de mis padres y fuimos a las ruinas, luego salimos y fuimos a Snowdin a jugar con la nieve en el parque. Era obvio que Chara me había ganado en la guerra de bolas de nieve, ya que las tiraba muy rápido y de a muchas, riéndose. 

Me había tirado una en la cara y yo me caí en la nieve boca arriba, ella se siguió riendo y me abrazó, sonrojandome.

Después fuimos cerca de la aldea y nos pusimos a armar un muñeco de nieve, y mientras Chara seguía armando la cabeza yo puse la mía arriba del cuerpo de nieve, simulando que yo era él, y le hice caras graciosas, mientras ella aún se reía.

Fue una tarde muy divertida.

Cuando llegamos a casa, estábamos con mucha nieve, por lo que nos la sacamos para evitar que se derritiera y nos enfermáramos. 

Tranquilos, aún sigo pensando en lo de la fiesta!

Nuestros padres nos saludaron mientras mi mamá estaba aspirando el piso y mi padre, como de costumbre, hacía tés por si teníamos frío. 

A la noche, cenamos, y también como de costumbre, Chara comió de postre chocolate. Parecía nunca terminarse...

¿Y si le regalo algunos chocolates de otra marca, o con otros gustos, o combinados? Ummmm.

Tendré que pensar mejor, ya que faltan pocos días.

Entonces Chara bostezó y dijo que se iba a dormir. De seguro estaba cansada por el día de hoy y con toda la energía que tuvo... uh, yo igual.

Me despedí de mis padres y fui al baño a lavarme mis dientes. Salí y entré a mi habitación, y me tiré a mi cama, exhausto. Estaba igual de cansado de Chara que no me daba ganas de cambiarme. 

-Buenas noches Char...

Antes de que pudiera saludarla, ella ya se había quedado dormida. Vi que hacía frío, entonces me levanté y la tapé, por lo que mi amiga sonrió. Yo apenas cerré los ojos me dormí.

Al día siguiente, desperté y me quedé mirando al techo, pensativo. Había algo en Chara que me había hecho cambiar... ahora a veces cuando estoy con ella siento que tengo mariposas en el estómago, siento como que la veo más tierna, más energética, más feliz, más... linda, qué? no.

No puede ser...

Me-me estoy enamorando de ella...?

No, no! Tal vez después de tantos años sí... pero ella no querría estar con un monstruo... o sí? Ay, no se qué me pasa! Esto es verdad...?!

Eso explicaría porqué cada vez que estoy con Chara me arden las mejillas...

Ay no... que puedo hacer?! Me estoy enamorando de mi hermana adoptiva y mejor amiga en el mundo!

Me puse nervioso, lo que me hizo voltear mi cabeza hacia ella, y se veía tan tierna durmiendo... oh, no! Es verdad! Mis mejillas se sonrojaron más de lo que estaban.

Mil pensamientos pasaron por mi mente, para dispersarme salí de mi habitación, pero era el primero que se había levantado. Mis padres aún dormían.

Me fui a la cocina, abrí la heladera y tomé un pie de manzana y me lo puse a comer. Miré por la ventana como Migosp y Whimsun jugaban en las hojas. Esa cucaracha siempre me dio mala espina...

En ese instante, escuché que una puerta se abría. Era mi mamá.

-Oh, Asriel! Despertaste!

-Jeje, si, hoy me levanté temprano

-Y veo que estás disfrutando de mi Pie!

-La verdad que si, también -Dije, mirándolo.

Luego, dirigió la mirada a la ventana.

-Que estás mirando?

-Estaba mirando a Whimsun y a Migosp que jugaban

-Ah si, esos dos siempre juegan allí.

Me apoyé sobre la pared a seguir viendo, y volví a pensar en lo de antes, volviéndome a sonrojar.

-Oye hijo... estás bien? -Dijo ella, algo preocupada.

Otra vez los pensamientos habían vuelto a mi mente, luego pensé en lo peor que podría pasar, en el que yo me confesaría a Chara y ella me rechazaba, luego me odiaría y dejaría de ser mi amiga...

"Asriel...? ASRIEL!"

Entonces abrí los ojos como platos.

-Eh... si, mamá?

-Asriel...! Estás bien? -Pregunto, con una cara algo rara.

-Si... por qué?

-Oh, que suerte... bueno, tenías la cara roja y parecías haberte desmayado con los ojos abiertos

Me sorprendí, realmente pensar en eso me hacía desconectarme del mundo?

-Ah... no, nada, tranquila.

Ella me miró preocupada, otra vez.

-Está bien...?

Volví a ser yo mismo y la calmé. Luego le ofrecí un poco de mi pie, a lo que aceptó.

Cuando se fue a leer, yo me quedé pensando, ¿en verdad me había enamorado de Chara?