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Nota://

Este capítulo es solo una pequeña historia de la misma autora (algo así como un oneshot) que tiene lugar seis meses después de la historia en sí (Y está más enfocada en el personaje de Lena) por lo que decidí publicarla acá como un plus en lugar de hacerla independiente.

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Coitus Interruptus Dentalis

   

Cuando Lena sintió los primeros temblores de orgasmo inminente, se arqueó contra Kara y se agarró los hombros desnudos con ambas manos.
–¡Si! ¡Justo ahí! Correcto…

Pero después de seis meses con Lena, Kara no necesitaba ninguna guía. Ella curvó sus dedos de la manera correcta y usó su pulgar para frotar pequeños círculos en el clítoris de Lena.

Jadeando y temblando, Lena se movió contra ella aún más rápido. Sus párpados cayeron, pero se obligó a mantenerlos abiertos para poder ver a Kara, que balanceó sus caderas contra el muslo de Lena con un abandono salvaje, el pulso en su garganta latía con un frenético staccato.

Verlo hizo que Lena se estremeciera de deseo. El calor inundó su cuerpo. Sus encías comenzaron a golpear junto con su clítoris. Gimiendo, se arqueó y presionó su rostro sobrecalentado contra el cuello humedecido por el sudor de Kara. Respiró profundamente, inhalando el aroma embriagador de Kara.

El orgasmo la golpeó rápido y fuerte, como un rayo de electricidad.

Cuando se estrelló contra la cabecera, que probablemente ya tenía una hendidura permanente con la forma de su cabeza, se dio cuenta de que la chispa de energía no tenía nada que ver con su orgasmo.

–No otra vez–. Con las mejillas aún sonrojadas, Kara se sentó y se frotó el cuello, que estaba ileso. Su energía residual, la había protegido nuevamente.

–Lo siento–, murmuró Lena. –Es difícil superar el instinto de morder, especialmente cuando estoy con una mujer tan sexy.

Eso convirtió el ceño de Kara en una sonrisa. –Lo bueno es que eres una autora de romance que sabe exactamente qué decir en momentos como este.

Lena sonrió pero luego sacudió la cabeza. –Lo digo en serio. Eres la mujer más sexy que conozco. Lo suficientemente buena como para comer.

–Y ese es el problema, ¿no?

–Tal vez mejoraré si practicamos un poco más–, dijo Lena.

–Practica, ¿hmm? ¿Es así como lo llaman hoy en día?

Asintiendo, Lena la alcanzó. –A ver si yo..

–¡Oh no! ¡Tu colmillo!

Lena apretó los labios en un intento de ocultar sus colmillos desenvainados. –Lo siento. Siempre les toma un minuto retractarse cuando estoy excitada, pero juro que no volveré a morder.

–No, eso no es lo que quise decir. Tu... tu colmillo izquierdo–. Kara señaló con un dedo tembloroso. –Está agrietado.

Lena desestimó el comentario con un gesto de su mano. –Imposible. Los colmillos de los Girah son irrompibles. Son tan duros como un diamante.

–Sí, y la energía de los djinn es como un láser, así que...

Oh, mierda. Con cautela, Lena pasó la lengua sobre su colmillo izquierdo. El dolor la atravesó cuando un extremo irregular que no había estado allí hace unos minutos la cortó. Desnuda, se levantó de la cama y corrió al baño con las piernas aún temblorosas. Normalmente, los Girah no se parecía a los vampiros de las leyendas humanas, pero en este momento, su reflejo en el espejo era inusualmente pálido. Cuando abrió la boca, tuvo que agarrar el fregadero con ambas manos.

Su toque •SuperCorp• auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora