3. Consternación

10 1 3
                                    

Al día siguiente, estaba emocionada de verte de otra vez. Por lo que me maquille y arregle, nada muy exagerado. Siempre buscando verme ni muy sencilla ni elaborada.

Ahí estabas cuando llegue, me sonreíste y empezamos a hablar de temas tan triviales que ni ahora me acuerdo.

Cuando el profesor se callaba un momento, aprovechábamos de preguntarnos cosas. Desde locas historias de lo que ha ocurrido en nuestros colegios hasta nuestros gustos.

Recuerdo que me constate como inundaron un salón y lo malo que eres en física.

De pronto me dijiste que no ibas a poder ir el día siguiente. Me entristecí un poco, pero no fue nada grave ni loco. Sabía que te vería unos días después.

Lo pensaste un momento, y me pediste el número de teléfono por si el profesor mandaba alguna tarea.

No soy estúpida, eso me sonó a una excusa para pedir mi número. Claramente, yo no me negué.

Cartas a quien hizo latir mi corazónWhere stories live. Discover now