CAP. 10 En el que el Comité quiere hacerse con el portal

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Decidieron acercarse a pie a la montaña que guardaba el portal desde el norte. Por el canal subterráneo habría sido la opción más rápida, de haber tenido suficientes vaporbarcos. Dejar atrás a parte del ejército de Tiy era un riesgo que no podían correr. Los exploradores de Pwyll aconsejaron replantear la entrada a la montaña sobre la Loma del Cobre. Era la parte del terreno más elevada y les daría visión de la zona. Los retumbadores amortiguaron todo sonido desde su partida de Torre Thot, con doble intención: no llamar la atención de ninguna de las criaturas del portal y acumular todo el sonido posible por si se daba una lucha abierta poder usar las bombas de sonido como defensa y escudo.

Las dos carretas de que disponían se habían establecido por prioridad: una para suministros y la otra como taller para Tiy. Aunque Pwyll se moría de ganas de entrar y molestar a la forjadora sabía que no tenían un minuto que perder. A ella no le importaba que el explorador se quedase atrás del carromato mirando como trabajaba. Pero Pwyll era incapaz de guardar silencio y resistirse a distraerla con alguna de sus bromas para hacerla rabiar y que le regañarse acerca de lo importante que era su tiempo y lo que necesitaban todos los amplificadores que pudiesen forjar. No tenían más escamas. Pero sus exploradores como buenos bestiadores habían ayudado a Hood a transportar parte del dragón caído y del ser acuático con tentáculos que los atacó en Cuadrante Bosque. En aquel momento tenían más material extraído de las criaturas del portal que plata, el amplificador solo funcionaba si se forjaba con plata.

Pwyll se distraía de la preocupación y la incertidumbre sobre qué encontrarían al llegar alejándose de la columna que caminaba junta, él y varios de sus exploradores veloces y con gran resistencia gracias a su Ciencia Interior se ocupaban de ir a las aldeas cercanas a la ruta trazada y pedir o comprar toda la plata que pudieran disponer. Además de eso, Pwyll tenía en mente una idea más. Quería encontrar algún lagarto excavador con el suficiente tamaño para que su Ciencia Interior de bestiador le permitiese tomar sus habilidades. Su habitual elección de jabalí no la consideraba especialmente útil en esos terrenos áridos y adaptarse todo lo posible al terreno donde iban a combatir era algo por lo que merecía la pena el cambio. Tiy le había asignado un amplificador y deseaba probar sus efectos con un reptil de esa zona. Había visto varios ejemplares y se había decidido por una iguana gigante del desierto. Eran buenas excavando en roca por sus tremendas garras delanteras y sus escamas eran duras para protegerse de las temperaturas extremas y otros depredadores. Incluso su orina la usaban como marcador para no perderse cuando las dunas cambiaban según los vientos y las tormentas, era de un olor tremendo y duradero.

El dragón que vieron en Aldea Obsidiana había caído contra Hood en Cuadrante Castillo, el fénix había escapado. En Cuadrante Bosque Hood y sus hombres también habían derrotado a un ser acuático y tentacular, según el libro de Pwyll, un kraken. Pwyll pensaba que Hood era un gran líder, su ayuda había sido inestimable para la resistencia. El cíclope seguía en Cuadrante Poblado según las últimas noticias de Eneas, aunque ahora en poder del Comité. A Pwyll le preocupaba el ser con el que había tenido aquel contacto interior. El cíclope no era más que un animal indefenso que había sido controlado por el invocador del portal. A Pwyll le costaba que imaginar que la pequeña y dulce Medea y el invocador de esos seres que había puesto a Atari en peligro fuesen la misma persona. Desde la declaración de Beowulf no dejaba de darle más y vueltas. El excomisario podía equivocarse. Algo en su interior le decía que no era así, que su amigo estaba en lo cierto. Hasta Circe andaba silenciosa y solitaria desde entonces. Si la sanadora pensase que su sobrina no era su verdadero enemigo se habría enfrentado a Beowulf y habrían tenido una de sus sonoras y divertidas peleas. Si Circe había guardado silencio y estaba tan afectada, debía ser verdad. Pwyll no quería enfrentarse a Medea, era uno de los suyos. Debían evitar el enfrentamiento a toda costa. Si iban todos juntos Medea los escucharía, Pwyll tenía esperanzas. Revisaba el libro de criaturas intentando pensar estrategias por las nuevas que pudieran encontrar, aún estaba el fénix, pero desconocían que nuevos seres tendría Medea con las últimas gemas adquiridas.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2019 ⏰

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