Parte Única.

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"¿Estás listo? No quiero llegar tarde"

"Chuuya... son las 2 de la tarde"

"No importa, ya estoy afuera"

"¿Eh?"

En el cuarto piso dentro del edificio en el que reside la Agencia Armada de Detectives, Dazai se encontraba sentado en su escritorio pretendiendo hacer su papeleo, mientras respondía los mensajes de un muy entusiasta Chuuya.

"Vine por ti"

Estirando su cuello hasta la ventana, el suicida logró distinguir la silueta en color negro del mafioso esperando al otro lado de la calle.

"Oh... ¿Chuuya quiere que deje mi inaplazable, urgente y de vital importancia trabajo para escaparme con él?"

"No estás trabajando y ¿Qué significa toda esa ridiculez de tu trabajo?"

"¡Claro que trabajo!, fueron palabras exactas de Kunikida kun"

"¿Y a mí que me importa lo que diga 'Kunikida kun'? estamos perdiendo tiempo"

"Olvida a Kunikida kun, ¿Quieres que me escape?"

"¡Qué idioteces estas..."

"¡¿Sí o no?!"

"Obviamente"

"Ok"

"Imbécil"

— Kunikida kun — dijo Dazai usando él tono más serio de su repertorio, el que ponía en alerta a todos y hacía que lo que fuera que saliera de su boca fuera tomado con total seriedad — Al otro lado de la calle se encuentra un enviado de la Port Mafia, será mejor que vayas a ver al presidente. —

— ¿Tan grave es la situación? — preguntó el agente.

— No, pero es mejor que esté enterado. —

— Bien, iré enseguida. —

— Cuento contigo Kunikida kun — en el momento en el que Kunikida desapareció por la puerta de entrada a la oficina del presidente Dazai se apresuró a la puerta de salida, siendo interceptado por Ranpo — Diviértete — le dijo este entre risas.

— Ranpo kun puede ser muy cruel — fue lo que contestó el suicida, saliendo de la agencia con presteza y llegando hasta el otro lado de la calle.

— Tardaste — le gruñó Chuuya.

— Chuuya, sabes que te amo, y que por ti yo mismo haría que el mundo entero ardiera hasta consumirse en las mismas llamas del infierno — le dijo Dazai viéndolo a los ojos y con una seriedad que lo hizo estremecer y no era para menos, Chuuya podía confiar en la veracidad de cada una de sus palabras.

— Ah, si yo también te... — Chuuya estaba a la mitad de replicarle afirmativamente esa extraña declaración de amor, cuando Dazai lo interrumpió.

— ¿Por qué me harás ir? Ibas a decirme que también me amas, entonces ¿Por qué? — le suplicó Dazai entre sollozos fingidos.

Chuuya parpadeó, se había preparado para todos los escenarios posibles, sabía que Dazai no iba a estar encantado con la idea de acompañarlo y que usaría todas sus artimañas para evitar ir.

Conservando la calma como un campeón le replicó — Te aseguro que esta noche nos vamos a cansar mucho — Dazai abrió mucho sus ojos — Mañana no trabajaré y pensé que tú tampoco lo harías y podríamos aprovechar para pasar el resto del día juntos haciendo lo que más te gusta — sentenció Chuuya.

— ¡Chuuya! — gritó Dazai — ¿Por fin te decidiste a cometer suicidio doble conmigo? — pronunció con genuina ilusión y ojos brillosos tomando de la mano a Chuuya.

El concierto - Soukoku (Oneshot)Where stories live. Discover now