A él le encantaba hablar de ella.
La amaba demasiado...
Él juraba que las estrellas se ponían celosas de la irradiante luz que ella transmitía.
Los demás tenían envidia de él, por que ellos también querían a una mujer como ella, que los amara con él alma.
Por las tardes él siempre les hablaba de ella a los amigos que se encontraba por la calle.
Por las noches disfrutaba de sentir su cuerpo contra el suyo.
Por las mañanas disfrutaba de ver esos ojitos que amanecía encima de su almohada, que le gritaban que lo amaban.
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Así era su vida, siempre lo ha sido, sólo se concentra en admirarla y amarla.
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James Trainor es internado en un centro psiquiátrico después de encontrarle dormido en su habitación en situación deplorable.
Los vecinos se quejaban del ruido y un olor fétido que emanaba la casa.
A lado de él, reposaba su esposa Amanda Leiks encontrada con los ojos abiertos y sin vida.
A diferencia de los cadáveres que se encuentran así, por lo general tienen un sentimiento de terror en su mirada, pero extrañamente ella no.
Ella desbordaba paz de sus ojos.
Al parecer Amanda murió hace pocos meses, puesto que el cadáver todavía tenía su forma física intacta.
Amanda murió de una muerte natural, no hay signos de violencia, tampoco se encontró esperma en el cuerpo.
Al ser interrogado, James dijo: "Amanda es mi esposa, yo la amo con el alma, y nunca le haría daño, de hecho estamos esperando con ansias el nacimiento de nuestro hijo."
Al final de todo se decidió que James debería de estar en psiquiatría, puesto que él todavía piensa que su esposa e hijo siguen vivos.
Atrapado en su anterior vida, es muy probable que cometa algún delito o que se llegue a suicidar en el momento en el que su cerebro haga ¡click! Y se dé cuenta de la trágica noticia.
