Los dioses han tomado una decisión y esa es: ¡Acabar con las dimensiones que ellos mismos crearon!, pero una valiente valquiria desafía a los dioses y les propone el ¡Ragnarok!
Trece representantes de diferentes dimensiones se enfrentarán a trece re...
¡La segunda batalla del Ragnarok, EMPIEZA! ¡¡Una batalla de titanes!! ¡¡La raza más débil en las dimensiones: la humanidad, contra los seres más fuertes de la historia: los dioses!!
Heimdall: ¡Qué acontecimiento, espectadores! El arma que obtuvo Adán mediante el volund es nada menos que...
Zeus: Hohoho.
Heimdall: ¡¡Una nudillera!! ¡¡Este hombre pretende tener una pelea a puros puñetazos contra el dios Zeus!! ¡¿Puede haber algo más masculino que esto?!
Mientras ambos contrincantes se observaban, unas voces se escucharon entre las gradas del lado de la alianza dimensional, las cuales llamaron la atención de Adán, eran pertenecían a los dos primeros hijos de Adán, Caín y Abel.
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Caín: ¡Papá! ¡Asegúrate de golpearlo de nuestra parte!
Abel: ¡¡Buena suerte, papá!!
Adán solo sonrió y camino hacia estar al frente de Zeus a una pequeña distancia, pero mientras caminaba un brillo había aparecido en sus ojos.
Zeus: Hohoho. Tienes buen gusto al elegir eso~
Adán: Sí... es genial. Así que... ¿dónde está tu arma?
Zeus: ¡¡!!
En las gradas, los dioses estaban algo atemorizados al ver como Adán hablaba de forma casual con Zeus:
Dios: Hey... ese humano está hablando con Zeus-sama tan a la ligera...
Dios 2: Debo estar escuchando mal.
Geir: Awawa...
Infinite: Heheheh...
De vuelta a la arena:
Zeus: Oh... ¿me estás hablando a mí?
Zeus aprieta su puño y lo alza hasta la altura de su pecho:
Zeus: Tengo muchas ganar de escuchar el sonido que harán tus huesos cuando los haga polvo~
Para luego dar a su puño un beso:
Zeus: Así que lucharé con los puños~
Adán: Hmm... está bien. Pero creo que te arrepentirás de eso.
Zeus: ¡¡Hohoho, ese es el espíritu!! Bueno, ya hemos hablado demasiado. Para empezar...
Zeus había empezado a brincar con sus pies, para que un instante estuviera frente a frente con Adán, a punto de asestarle un golpe directo en el rostro, mientras que Adán lo miraba sorprendido por su velocidad.
