ㅡ No hace falta usar palabras altisonantes ㅡle molestó, colocándose a su costado. Después de todo tenía razón, París daba un aire mágico. Etéreo.

       ㅡ Lo lamento ㅡmurmuró. El cielo azul parecía un fondo ideal para contrarrestar la aparentemente interminable hilera de estructuras monumentalesㅡ ¿Cómo te acostumbras a una vida así?

       ㅡ No solemos gastar mucho, por extraño que parezca.

       ㅡ Nunca pensé que podría cumplir este sueño ㅡrelató, entrelazando sus brazo con el ajenoㅡ Desde niño me imaginaba aquí, y ahora que estoy... Contigo, no puedo creerlo.

       ㅡ ¿Sabes que le vendrá bien a ese sueño? Un capuchino y un par de croissant parisinos.

       ㅡ ¿Eso es una cita? ㅡle miró coqueto, una sonrisa juguetona danzando en sus labios.

       ㅡ Posiblemente lo sea.

       ㅡ En ese caso, acepto.

Y más tarde, estaban caminando por las calles menos transitadas de París, en busca de una cafetería digna para su antojo. Una oleada de mantequilla derretida y café express los llevó hasta un local pequeño, en una interseccion tres calles atrás del centro.

     Taehyung no recuerda el nombre de la calle, pero seguramente tiene un nombre como Le Grouitt y algo. No le importa, tampoco cree recordarlo, había estado más concentrado en la historia del omega mientras sujetaba su mano con cariño.

      "Entonces mamá nos pilló antes de iniciar la cuenta regresiva que nos llevaría al final de la escalera" había concluido. Según se estaba enterando, Jungkook pasó sus días de infancia junto a Minhyun como era lógico, pues eran hermanos. Sin embargo, fabulosas historias sobre fuertes en alcobas, sábanas manchadas de lodo y trineos volando por la escalera, llamaron su atención al instante.

       ㅡ Mi hermano creía que lo importante en esto, era divertirse, mantener recuerdos. Al final es lo que queda ㅡconcluyó antes de que recibieran sus pedidos en pulcras tazas de porcelana.

        ㅡ ¿En esto? ㅡquiso saber, confundido.

        ㅡ La vida.

        ㅡ Tu hermano parece alguien muy sabio ㅡbebió del cremoso elixir humeante.

        Jungkook estuvo de acuerdo.

      ¿Qué podían necesitar más allá de dos tazas de café, e historias sobre su infancia? La indagación entre sus seres parecían fluir con naturalidad.

      ㅡ Y dígame, alfa líder ㅡsopeso un tono que rozaba el acento inglésㅡ ¿Cómo fue su infancia?

       ㅡ No más divertida que la tuya, te aseguro ㅡagradeció al mesero que llevó sus crujientes croissant; el queso derretido se desbordaba por las orillasㅡ Pasé parte de mis días al cuidado de Akamu, y aunque él solía ser muy divertido, no jugaba mucho con él.

        ㅡ ¿Por?

        ㅡ Siempre tenía miedo de ensuciarme los pantalones ㅡy eso claramente ganó una carcajada por parte del castaño.

         ㅡ Al final del día terminaban en la lavadora igual, ¿no?

         ㅡ Bueno, no lo entendía en ese entonces. De hecho, no lo entendí hasta mucho después.

         ㅡ ¿Cuánto tiempo es "mucho después"? ㅡinterrogó, lamiendo en un gesto sutil la crema que quedó sobre su labio.

         ㅡ Cuando te conocí, después del incidente del hospital. De hecho, estaba en trance después del coma, pensando: Vaya, al final... Todo fue inevitable ㅡalargó un suspiro, encogiéndose de hombrosㅡ Pero bueno, todo en esta vida es inevitable ¿no? Los pantalones van a ensuciarse, incluso si no juegas en el lodo, ¿sabes la diferencia?

Amour PlastiqueWhere stories live. Discover now