Día 13

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Día 13

Jueves 31 de Octubre:

Lo sé, no te enojes. Me he saltado varios días sin escribir pero es que en verdad no he tenido ánimos para nada. Sin Mr. Toffee en la mansión las cosas han vuelto a ser aburridas, decidí usar algunas de las cosas caras que madame me regaló hace un tiempo y me encariñé mucho con el reproductor de mp3. Bueno ese no es el caso.

¿Qué estuve haciendo en los últimos días? No mucho, la verdad. Acompañé a Chase al club deportivo, estaba tan desganada que hasta el entrenador se rindió conmigo y me mandó a descansar. Me quedé tumbada en el pasto mirando al cielo y las nubes curiosamente tenían forma de cachorritos.

Acompañé a Chase de compras,  no fue lo más aburrido del mundo pero tampoco lo mejor. El bobo sí que es rápido para decidirse sobre qué comprar. Quiso que me probara ciertas cosas un par de veces pero me negué. Por su cuenta me compró unas ropas contra mi voluntad.

Y así la semana ha pasado en calma y aburrimiento total hasta hoy.

Salí de mi habitación y me quedé paralizada. Creo que entré a otra dimensión, la casa desde la sala hasta la puerta de la entrada estaban decoradas con motivos de Halloween, arañas, murciélagos, calaveras, fantasmas, etc. ¿Qué está pasando aquí?

Ian estaba en lo alto de una escalera dándole los últimos toques a unos adornos de calaveras piratas.

—Ian. ¿Qué pasa aquí?

—Madame está de viaje y no vuelve hasta dentro de un par de semanas, ¡La casa es nuestra!

—Déjame adivinar, ¿otra de las fiestitas de Chase?

—Esta vez no es una fiesta cualquiera— Respondió el aludido desde mis espaldas mientras me tomaba por los hombros llevándome la balcón del segundo piso. —Es una fiesta de Halloween en honor a ti.

Me deshice de sus manos.

—No seré parte de esta tontería y no esperen que les ayude a limpiar.

—Ese no será problema, me encargaré de ello— respondió Dorothy desde debajo de la escalera.

¡Vaya! ¡Todos están confabulados en esto!

—Vamos Meg, Las últimas semanas has sido un zombi por completo. Esta fiesta nos devolverá los ánimos a todos. —me dijo Chase.

—Claro sobre todo a ti si es que consigues una nueva chica a quien llevar a tu habitación.

Pareció realmente ofendido. Miró a otra parte y se alejó dándome la espalda.  Una punzada atacó mi corazón,  un sentimiento como de “no debí decir eso” pero mi mente me abofeteaba imaginariamente para que no me dejara llevar.

—La fiesta empieza a las 8, sólo encárgate de estar lista.

*/*/*/*/*/*Por la noche*/*/*/

La idea no me gusta, pero no me queda de otra. Tal parece que todos quieren divertirse y yo no quiero ser una aguafiestas. Les seguiré la corriente mientras pueda y luego regresaré a mi habitación a intentar dormir.

Chase ingresó trayendo consigo una de esas fundas especiales para transportar trajes. Deslizó el cierre y me mostró el disfraz que el mismo había escogido para mí. Oh no.

Un top a rayas rojiblanco,  bermudas de color verdoso, una pañoleta roja, aretes de aros gigantes…

Disfraz de… ¿PIRATA?

Chase, quiero matarte con mis propias manos.

—Te espero afuera, apresúrate.

Salió de mi habitación.  

El Diario de Meg- Mayte GutiérrezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora