|| CAPÍTULO DOS ||

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—Eh... —todos me observan y vuelvo a tragar, porque no sé que decir, no quiero avergonzarme frente a toda esta gente. Kelly se pone de pie.

—Apolo es estudiante de psicología, le encantan los perritos y aparta la mirada en las partes sangrientas de las películas de terror —ella dice y todos ríen un poco—. Vamos, a seguir la fiesta.

—¡Buuu! Siempre arruinas mis momentos, —Gregory le da pulgares abajo antes de ir hacia ella. Kelly me da una sonrisa simple y siento la necesidad de agradecerle que me haya salvado de esa situación. Creo que ha sido la única que ha notado mi incomodidad con tener la atención de todos. También me ha sorprendido que haya notado que miro hacia otro lado en las partes sangrientas de las películas de terror, ella, Gregory y yo vemos películas los martes y los jueves, un ritual que Gregory se ha empeñado en mantener. Es como si ella me observara mucho más de lo que he notado, ¿por qué? Vuelvo a mirarla y Gregory besa su mejilla con cariño, ella me da una mirada rápida antes de enfocarse en Gregory. Sacudo mi cabeza porque ella solo está tratando de ser amable conmigo, es todo.

Necesito aire fresco así que salgo al balcón. Las luces de la ciudad brillan en su esplendor desde nuestro piso 14. En la distancia puedo ver el campus de la universidad, mi nuevo hogar, donde pasaré horas estudiando. Extraño casa, y aunque no me queda tan lejos igual no puedo estar yendo cada fin de semana, así se me hará más difícil acostumbrarme. Siempre he sido considerado alguien sensible por todas las personas a mi alrededor y he corrido con la suerte de que mis hermanos nunca me hicieran sentir mal por eso. Para nadie es un secreto que un hombre llorando al ver una escena triste de una película o en determinada situación podría ser la causa de burla, por esa creencia machista de que tenemos que ser fuertes y que nuestra masculinidad se verá afectada si demostramos emociones de esa forma.

Por eso y por muchas otras razones, decidí estudiar psicología, la mente humana es compleja, aún tan inexplorada. Quiero ayudar a cuantas personas pueda, al principio quería estudiar veterinaria, pero cuando fui a un hospital veterinario para ver como era el trabajo de veterinaria, salí con el corazón en pedazos, sí, había muchos animales que se salvaban y estaban felices, pero otros no tanto. Ese día me di cuenta de que no podría manejarlo, no podría poner a dormir para siempre a animalitos que lo necesitaban, no podría enfrentar la muerte de la mascota de alguien si algo no salía bien. Me conozco muy bien y sé que con el pasar el tiempo, se habría destrozado un poco de mi con cada muerte, así que aquí estoy.

—¿Estás bien?

He estado tan absorto en mis pensamientos que no noté la llegada al balcón de esa chica bonita de ojos negros con la que me quedé embobado hace unos minutos.

—Sí, estoy bien.

—No parece que la estés pasando muy bien— ella se acerca y queda a mi lado frente a la baranda del balcón.

—No soy de fiestas —admito.

Ella sonríe.

—Pues tienes que acostumbrarte porque Gregory...— ella hace una mueca dramática, —en nuestra facultad le dicen party monster.

—No me sorprende la verdad.

Ella me extiende su mano.

—Soy Charlotte, pero mis amigos me dicen Char.

Tomo su mano.

—Mucho gusto, Char, supongo que ya sabes mi nombre. Gregory se lo ha estado diciendo a todo el mundo cada cinco segundos.

Ella suelta mi mano.

—Si, Apolo.

Mi mirada baja a sus labios cuando dice mi nombre y trago con dificultad tiene unos labios muy bonitos.

A través de la Lluvia [Hidalgo #3] [En librerías] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora