— ¿Es por lo que pasó con tu amigo?

   —Más a menos —clavo la mirada en su mano y me ahorro una mueca. Es grande, fácilmente más que las mías—. No quiero formar parte de un drama si es que lo hay.

   —Las pelas de novios sólo son entre dos Jae, no deberías preocuparte por eso —trata de reconfortarme, pero no lo logra. Así no quiera reconocerlo, sé que tiene razón. Las peleas entre parejas sólo son de dos. No debería de estar pensando como involucrarme en algo que no me incumbe.

   —Tienes razón, pero aun así no me siento cómodo —me encojo de hombros otra vez y trato de regalarle una sonrisa, pero creo que no soy capaz de curvar mis labios hacia arriba, porque no siento que nada en mi expresión haya cambiado—. En la fiesta de Chenle nos la vamos a pasar mejor.

   — ¿Seguro? ¿Aun quieres ir conmigo?

   En realidad no. Pienso pero no lo digo, porque aparte de grosero es contradictorio. La incertidumbre me está recorriendo entero, me gustaría poder hacer planes a futuro sin pensar en cómo me estaré sintiendo después del pasar de los días. En este momento soy tan inestable que no me sorprendería demasiado que un día antes de la fiesta le llame para cancelarle.

   —Claro, va a ser genial ir juntos —digo, aunque mi voz no sale tan entusiasmada como debería.

   Jaehyun sonríe y asiente, y con su mano todavía sobre mi muslo, levanto la mirada y lo observo detenidamente. Me gustaría poder sentir algo por él, aunque fuera solo una mísera atracción. Veo sus labios y no me lo pienso antes de inclinarme hacia él y sentir su colonia picándome las fosas nasales. Arrugo la nariz, un beso es solo un beso, ¿verdad? ¿Qué diferencia podría existir entre besar a Jaehyun o a cualquier otro chico? Si sigue siendo un roce de labios. Un gesto banal.

   Quedo frente a él y ni siquiera cierro los ojos antes de hacerlo. Parece reaccionar ante lo que sucede, pero es algo tardío porque mi boca ya se está estrellando torpemente contra la suya. Sus labios se sienten suaves bajo los míos y su aroma es increíble. Pero es todo. No hay nada más que eso. No hay sensaciones maravillosas, ni estúpidas mariposas amenazando con comerme vivo. Exactamente es lo que predije, un roce de labios. Un beso cualquiera. Como si besara a la pared, pero más delicado y profundo.

   La verdad no sé cómo pasé de no besar a nadie en toda mi vida a probar los labios de dos chicos distintos.

   Jaehyun no reacciona de inmediato, pero cuando lo hace parece entusiasmado, pues me toma de la nuca y trata de profundizar, ladeando la cabeza. Yo le doy permiso e incluso abro la boca y permito que me bese de la misma manera en como una persona lo haría de estar atraída por otra. Jaehyun es gentil, a pesar de que cuela su lengua y roza con ella mi paladar, trata de marcar un ritmo y darme mi tiempo para contestar.

   No hay nada en este beso que me guste. La manera en cómo me siento está lejos de ser la ideal. Tengo ganas de apartar a Jaehyun y golpearme a mí mismo por ser tan idiota. Tengo ganas de abrir la puerta  del auto y echarme a llorar. Estúpido de mí al considerar por que esto podría traerme algún tipo de beneficio, lo único que estoy haciendo es enterrarme a mí mismo.

   Poso una mano sobre su pecho y me separo de él, reteniendo las lágrimas. Típico, lo besas y luego lloras, definitivamente va a pensar que estoy loco y lo peor es que no tengo ninguna razón válida para demostrarle lo contrario.

   Pero creo que soy bueno disimulando, ya que Jaehyun no nota nada, solo se separa y me mira a los ojos. Sin poder evitar lucir sorprendido.

   —Wow, Jae, eso fue...

   —Lo siento —interrumpo su oración porque no quiero oírlo. Lo que sea que este sintiendo es mejor que se lo guarde para sí mismo—. No debí hacerlo.

Extraño |NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora