֍𝑷𝒂𝒑𝒆𝒓 𝑩𝒊𝒓𝒅𝒔֍ ⦅ tᥕᥱᥒᥒყ ⦆

❛ ᥴᥲρίtᥙᥣo ᥙᥒo ❜

El joven Tweak estaba cortando la carne que se encontraba en su platillo mientras permanecía en silencio, con el ceño fruncido y moviendo sus pies haciendo un ligero sonido.

—Tweek...— llamó su madre, el rubio levantó la vista de su plato e hizo un ademán indicando que la estaba escuchando — tu padre y yo necesitamos decirte algo importante — aclaró la mujer, soltando sus cubiertos.

La Sra. Tweak asintió hacia su marido, diciéndole de alguna forma que era su turno de hablar.

El cabecilla de la pequeña familia carraspeó y miró a su hijo con seriedad — ¿Sabes quiénes son los Tucker, verdad? — confundido, el rubio asintió con obviedad y cuando el mayor iba a seguir fue interrumpido por la castaña madre del joven.

— Estuvimos pensando seriamente, que como te hemos visto pasar mucho tiempo con Craig... sería algo lindo comprometerlos — lo dijo sin rodeos, a esa mujer le encantaba ser directa.

El de irises azules estuvo en un pequeño trance, y cuando por fin salió de él, su padre volvió a retomar la palabra — Antes que nada, Tweek, esto es por una buena causa. Esa familia es adinerada y nos asegura tanto a ti como a nosotros un futuro próspero — explicó para luego cruzarse de brazos.

— Ustedes... ustedes no pueden hacer eso — en su mirada se mostraba la angustia; a él no le agradaba para nada la idea de casarse con el hijo mayor de la familia Tucker. Solo lo consideraba su mejor amigo.

— Estoy totalmente segura que no será tan malo, Tweek. Tú y Craig hacen una linda pareja, ¿no? — miró al progenitor del chico con una sonrisa un tanto hipócrita. Él asintió y dio un sorbo a la copa llena de vino tinto.

Con frustración, pasó sus manos por su cara. Por mucho que rogara o suplicara sabía que sus padres no combarían de opinión y que lo que ellos decían, eso se tenía que hacer.

Como aborrecía apellidarse Tweak, ese estúpido apellido fue lo que lo llevó a tantos problemas y situaciones que no quería.

Sus ojos comenzaron a picar, así que para que sus progenitores no lo vieran derrumbarse se levantó de la mesa con brusquedad y con rapidez fue hacia su habitación, dio un sonoro portazo y empezó a llorar, de paso.