Día 24 - Manzanas

Start from the beginning
                                    

—Me gushta — comentó el niño con el tono pausado que lo caracterizaba desde que había logrado decir su primera palabra.

—¿La manzana o el muchacho? — Una sincera sonrisa se había curvado en sus labios.

El menor se le quedó mirando con esos enormes ojos tan parecidos a los suyos. Un suspiro escapó de la boca de Jin GuangYao.

—Lan XiChen parece un hombre amable. ¿Crees que quiera ser amigo de tu papá?

—Mazana.

—A-Song, a veces quisiera saber si tu enfermedad tiene cura. Tal vez debí hacer lo mismo que tu madre y abandonarte.

Abrazó al niño una vez más y comenzó a apretarlo contra su pecho sin medir la fuerza de sus brazos. Al inicio el menor había rodeado a su padre hasta dónde las pequeñas extensiones de su cuerpo le alcanzaron, pero al sentir que comenzaba a ser doloroso y que el aire le faltaba, comenzó a agitar sus bracitos asustado, golpeando en donde quiera que alcanzara del cuerpo de su padre.

Jin GuangYao no pensaba en ese momento con claridad, si RuSong no estuviera su vida sería más sencilla. ¿Quién extrañaría a un niño que nadie más quiere?

Sus pensamientos lo estaban traicionándolo y orillándolo a cometer un crimen del que se arrepentiría toda la vida en caso de que llegara a consumarlo. Sólo eran ellos dos después de caer tan bajo, si era justo deberían morir ambos.

Relajó el abrazo y el pequeño al fin pudo respirar, tomó una gran bocanada de aire y con la boquita abierta pareció quedar privado antes de que al fin el llantón hiciera gala. Fuertes gritos, algunas arcadas y las lágrimas que no dejaban de brotar eran la prueba de lo asustado que estaba.

Sí comprendía el dolor y temía a la muerte, podría tener esperanzas de que su condición no fuera tan severa.

—Lo siento, lo siento. Papá no quería hacerte daño.

Besó repetidamente su cabeza y limpió con un pañuelo el rostro que ya estaba hecho un desastre entre la mezcla de lágrimas y mocos.

---

—Buen día A—Yao ¿Vas al trabajo?

La voz amable del hombre con quien había frecuentado desde hace algunos meses en una amistad que había fluido rápidamente, siempre le arrancaba una cálida sonrisa por las mañanas.

—Sí. Sólo debo dejar a RuSong en la guardería primero. Me sorprende que abras tan temprano.

— Lo hago porque es más fácil verte por las mañanas.

El rostro de Jin GuangYao se tiñó de un leve rubor, lo miró unos instantes y después agachó la mirada agitando sus largas pestañas.

—Debo irme — respondió con una amable sonrisa.

—¿Te gustaría ir a algún lado cuando salgas del trabajo?

—No puedo —señaló con un movimiento de su barbilla a su hijo que descasaba su cabecita sobre su hombro negándose a despertar.

—Los invito a cenar, vivo en este mismo edificio — el tono y expresión amables de Lan XiChen hacían casi imposible el negarle algo.

—Entonces nos veremos por la tarde.

—Antes de que te vayas — le ofreció un par de manzanas. — ¿Le gustan mucho o me equivoco?

—Le encantan — su tono había resultado ser más coqueto de lo que esperaba, por lo que con el pretexto de que era ya muy tarde prácticamente salió huyendo.

Fictober XiYaoWhere stories live. Discover now