Respecto a la historia anterior (Mi querida historia de amor), muchas se preguntaron como es que dimash cayo en brazos de nuestra protagonista latina, siendo todo un Dandi, ¿como es que cayo ante la pasión siendo un experto, como es que perdió su vi...
La noche siguió y grandes platicas llenas de recuerdos añejos me invadían de nostalgia, de pronto deseaba tener a mi esposo ahí a mi lado, de regreso a nuestra vida pasada, compartiendo esos momentos con nuestras amistades, la orquesta deleito a los invitados con un conjunto de hermosas melodías, y yo concentrada observaba como mis amigas seguían felices después de años con sus parejas, algunas con diferente marido, pues habían fracasado en sus antiguos matrimonios, pero al final de cuentas nadie sola, nadie viuda como yo, no quise verme desentonando la bonita escena así que me levante por una copa y al querer avanzar, de nuevo este chico al fondo con su mirada intensa, la cual de pronto me hacia cohibirme de lo profunda que era, quise desviar la mirada pero...
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De pronto cruzo la pista de baile y se dirigió hacia mi: -”No se si me recuerda, pero yo de Usted jamás me he olvidado”... De pronto caí en cuenta, era Dinmunkhamed, ¡hijo de Svetlana!, lo recordé por lo que dijo anteriormente, y porque al parecer era el único joven en la reunión, ¿quien mas podría ser, si no él?, a quien, ¡casi vi nacer!... -Por supuesto, como olvidarte si te he visto crecer!, dije con gran entusiasmo, se acerco a saludarme de mano, cuando de pronto, Descaradamente me clavo su mirada y me dijo al oído: "Que hermosa te ves desde que enviudaste"... Mi Sonrisa deslumbro!, no lo niego me sorprendí por su atrevimiento al tutearme y por lo que me acababa de decir, trague saliva en seco y pude darme cuenta como es que ya era todo un hombre... Estiro su brazo mostrándome la pista -¿Bailas? -Si, pero en este momento yo... -En este momento (interrumpió) me concederá una pieza.. dijo guiñando su ojo, soltando una sonrisa muy atrevida... Mientras bailábamos sentía como apretaba mi cintura como con desesperación. -Creo que será mejor sentarme dije fingiendo una sonrisa. -¿La estoy incomodando? -No, es solo que estoy algo cansada. -Esta bien, la llevaré a su mesa. -No te preocupes yo puedo ir sola.
El resto de la noche intenté no volver a toparme con él, por alguna razón sus palabras rebotaban en mi mente en conjunto con su mirada y esa sonrisa pícara, era algo que no podía olvidar así de fácil, pero quise mantenerme al margen, simulando que nunca pasó.
