Amor Hasta El final

Un amor sincero

Karma se quedó en un aula vacía, no entendía porque era la reacción tan agresiva de Nagisa, sabía que el perseguirlo en ese estado solo empeoraría las cosas, le dolía oír tales palabras de su parte. No sabía que había pasado, pero, lo único que sabía es que no podía dejar las cosas de esa forma. Quería respuestas y de alguna forma las conseguiría.

Sus pensamientos fueron interumpidos por el sonido que anunciaba el inicio de clases. El pelirrojo no se dió cuenta  en qué momento había llegado tanta gente al salón.

Se dispuso a tomar sus clases, pero no lograba poner atención a nada.

Reviso su celular para poder ver las últimas palabras que el azulino le había escrito, y al abrir  el chat se percató de aquella foto en donde estaba él y aquella chica.

De repente recordó todo lo que había pasado antes de desmayarse, y ligeras imágenes después de eso.

Cada ves que lo recordaba se llena más y más de irá, sabía que la culpable de todo eso solo podría ser una sola persona. Su rostro se llenaba de rabia. Y poco a poco idehaba una forma de poder solucionar todo esto.

Llego la hora del descanso y busco a Kayano, después de unos minutos la encontró con dos chicas más una con el cabello obscuro corto en coletas y lentes, la otra tenía el cabello obscuro y era largo.

Camino con prisa, llegando enfrente de ella, sin decir ni una sola palabra la tomo del brazo y la llevo a una de las aulas más cercanas, la peliverde solo se quejaba a tal daño que le hacia el más alto, llegando al aula la soltó con un ligero empujón, y en ese momento unos ojos penetrantes la miraban con mucha rabia e  irá.

El pelirrojo la tomo de su blusa y la acercó un poco hacia él.

- QUIERO RESPUESTAS AHORA- grito el pelirrojo con mucho ímpetu
- De que estás hablando- decía la peliverde con dificultad
-NO TE HAGAS LA LOCA, SABES BIEN DE LO QUE ESTOY HABLANDO, TU FUISTE LA MALDITA QUE TOMO Y MANDO ESA ESTÚPIDA FOTO A NAGISA, VERDAD?-
- Si, pero solo me has traído hasta aquí por eso? Ja- contesto la peliverde con una sonrisa cínica
- Porque demonios lo hisiste?- dijo el pelirrojo
- ya te lo había dicho, no? O será que no recuerdas por los narcótico que te puse?, NAGISA es MÍO y grábate lo bien, es mi prometido y no dejaré que nadie me lo quité - dijo la peliverde con soberbia y seria
- jajaja, Cres que el te ara caso después de esto, nunca lo ha echo antes que cambiaría ahora, dime?- el pelirrojo rio a tales palabras soltandola
- Eres estúpido, el ahora está abatido, y yo estaré ahí para consolar lo
- y eso que tiene que ver, él nunca te hizo caso y después de todo ésto, te aseguro que no lo ara- se fue el pelirrojo serio, pero, satisfecho al tener lo que quería

Abia logrado grabar cada una de las palabras de la peliverde, tenía pruebas suficientes para poder limpiar su nombre.

En ese momento salió de la escuela y fue directamente a casa de Nagisa.

El pelirrojo no dejaba de imaginar lo que pasaría si perdiera a su pequeña Nagisa, por primera ves tenía miedo, mido a que la persona que más amaba se esfumará de su vida. Todos esos pensamientos hacían que un nudo en su garganta apareciera.

Llego a la casa de Nagisa, con mido a tocar la puerta, pero, sabía que tenía que hacerlo.

Respiro con fuerza y tocó la puerta, y nadia contesto, intento un par de veces más y conforme pasaba el tiempo se iba impacientando cada ves más y tocaba cada ves más fuete la puerta.

Dentro del departamento se encontraba un azulino, envuelto en llanto con cobijas rodeándolo, hasta que de repente escucho la puerta sonar, no quería ir a abrí, se sentía devastado, le dolía pensar que su lindo karma lo había engañado, pero le dolía más sabes que apresar de que fuese cierto no dejaría de amar a aquella persona que lo tenía locamente enamorado; y no quería que nadie lo viera de esa forma, pasaron los minutos y el golpeteo de la puerta era cada ves más fuerte y pareciera que quisieran derivar la puerta.