-Como sea-

-Okey-Cuelgo antes de que pueda decir algo más. Su actitud me enoja, ¿Quién se cree que es? Se está comportando tan infantil por una bobería ¿Que daño le hace que yo asista? A pesar de esto, igual quiero ir. Me preocupa un poco que puede pasarle. La última vez que lo ví pelear no quedó en las mejores condiciones.

Veo el reloj, que marca las dos y media ¡Shit! Tengo que apurarme, hoy tengo que ir a recoger unos pedidos al supermercado. Me visto con velocidad, poniendome la ropa interior, la camisa de manga larga a rayas blancas y rojas, el overol negro, mis calcetines de Bob Esponja, mis converses rojas y un suéter negro. Desinfecto mi piercing, pongo mi beanie negro en mi cabeza y coloco mis pertenencias en mis bolsillos. Lavo mis dientes para luego bajar a la primera planta y salir por la puerta.A este punto, siento la adrenalina en la sangre.

Camino ligeramente veloz hacia el supermercado. Está ubicado a media hora de mi casa caminando, por lo que no puedo ir a mi conocido paso tortuga. Iba a tomar el metro, pero por idiota se me olvidó la tarjetita, así que no me queda de otra que mover el bote.

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Cuando el local se asoma, corro con todas mis fuerzas para abrir la puerta con emoción. Toda la gente probablemente me ve como loca, pero después de esta caminata no me importa. Me perdí como cinco veces, lo que hizo el viaje de treinta minutos en unosde una hora.

Busco con la mirada a la cajera que siempre me atiende, Jessy, y al verla, camino hacia ella. Es una señora mayor muy dulce que desde que yo tengo memoria, me ha regalado dulces de miel a cambio de un abrazo. No es cualquier persona.

-Hola Jessy, ¿Cómo estás?-Me mira con sus ojos cansados, mas me da una sonrisa.

-Hola chica, estoy bien.-La abrazo y me da el dulce. Lo guardo en el bolsillo de mi pantalón. Los como cuando salgo del local unicamente.

-Vengo por los pedidos que hizo mi mamá-

-¡Oh! Querida, tu madre llamó en la mañana para cancelar todo.-Mi mundo se para. Camine todo esto por nada.-¿linda?-

-Bueno, creo que me voy entonces. Cuidate, te quiero.-Salgo del supermercado con la cabeza gacha. Camine por nada, todo ese tiempo que pude haber ocupado durmiendo. Sacudo la cabeza, quitando ese pensamiento. Luego, poniéndome a pensar que son las tres y cuarenta y cinco, empiezo a caminar a Candem Town. Cada vez que me acerco más al barrio, el frío es peor. Estúpida ¿Por qué no trajiste un mejor abrigo?, me pregunto.

En el camino, compro un café para tratar de calentarme. Siento cada uno de mis huesos temblar. Sinceramente, ahorita me pueden contratar como maraca para alguna banda. Gracias a Dios, veo la calle que me lleva a Du Mort a unos cuantos pasos. Corro esta última parte, con ansias de llegar al cálido lugar.

Los guardias me reciben amablemente en la entrada. El aura conocido me envuelve, creando una sensación de comodidad en mí. Voy al área del ring, donde identifico con la mirada a la pareja que me había invitado. Me encamino hacia ellos con una sonrisa un poco forzada. Estoy preocupada por las cosas con Xavier. Tengo miedo de que paso lo de la última vez

-Hola chicos, ¿saben dónde está Xavier?- Anne se lanza a abrazarme.

-Hola chica rebelde. Tu boxeador está en los camerinos de por ahí-Se despega de mí y me señala el lugar-

-Gracias, los veo luego-Con mis pasos inseguros llego a la puerta que dice "Volkov". No sé lo que me espera, ya que hoy estaba algo cortante. Respiro profundamente y toco la puerta.

-Pase-Abro la puerta y me lo encuentro en unos shorts negros sentado en una silla de madera de espaldas a mí.-¿Qué demonios quieres....¿Campanita?-Le sonrio tímidamente y me acerco a él.

Mi Caos RusoWhere stories live. Discover now