"Pues, ¿qué esperabas?"
El pelirrojo se volteó por última vez para observar el acuario, con cierto nudo en la garganta que lo hacía sentirse inquieto. Sentía que algo importante olvidaba, pero pese a ello no lograba recordarlo. Siguió caminando por donde siempre, tomando el tren subterráneo. En cuanto lo hacía subió la vista y creyó ver a cierto pelinegro, pero cuando pestañeó ya no había nadie.
"¿A quién me recordaba?" se preguntó Mo, aún con esa zozobra que lo consumía.
Llegando al establecimiento caminó como de costumbre a su salón, mientras lo hacía chocó con el hombro de alguien más alto que él.
"¡Hey mald-!" no terminó la frase cuando se dio cuenta de que no había nadie. Para su suerte tampoco ningún espectador que presenciara aquella paranoia del menor.
Paranoia. Eso parecía.
Estaba angustiado, creía temer a lo que sea que parecía estar acosándolo desde una realidad no alterna, eso pasaba, pero ya no recordaba qué es lo que podía ser... o quién.
