¿Por qué a mí?

Start from the beginning
                                    

—¿Hasta en los suelos? —hice una mueca—. Además, no parecen seguir ningún orden.

Quizás no se podían coger a la ligera —aventuró—. A lo mejor estaban en el barro o lo que quiera que fuera que utilizaron para construir la Academia.

—Es una posibilidad.

De nuevo, silencio. Me gustaba estar así con él. Notaba el estómago rugiendo en mi interior, pero no estaba preparada para enfrentar aquella batalla todavía. Quizás al día siguiente... Aunque sabía que tendría que ser pronto. Mi cuerpo no resistiría mucho más sin alimento apropiado. Y mi primera clase estaba peligrosamente cerca. Con Asmord como profesor estaba casi completamente segura de que iba a necesitar toda mi energía.

—Aquí las personas sienten... son diferentes —comenté.

Eso era lo que tú deseabas, ¿me equivoco?

—No lo sé... La verdad es que ha sido una sorpresa. No esperaba realmente que fueran tan diferentes de los neptunianos.

Son dos razas diferentes, aunque no lo parezca —Ámarok se estiró un poco en la cama—. Creo que al principio conviven la una con la otra y el vampirismo permite que sea la parte neptuniana la que emerja. Pero, después, el vampirismo toma el control total hasta el último día de vuestras vidas.

—Suena un poco tétrico dicho así —hice una mueca.

—Es solo una hipótesis, así es como yo lo veo. Tienes que hacerte a la idea de que ya no eres neptuniana, Silene. Eres uno de los suyos, una vampira. Pero poco a poco.

—Sí...

Era algo extraño. Sí, me sentía diferente, pero al mismo tiempo seguía siendo... yo. En aquel momento ni siquiera podía imaginarme todas las cosas que cambiarían en un brevísimo lapso de tiempo.



Unos golpes en la puerta me despertaron la noche siguiente. Acto seguido, esta se abrió, dejando ver una figura oscura que apenas era una sombra ante mis adormilados ojos. ¿Qué hora era? El reloj de arena estaba encima de la mesita. Si pudiera alcanzarlo...

Oh, no. No había alarmas ni nada por el estilo en aquel lugar. ¿Y si me había quedado dormida? ¿Y si Asmord...? Tragué saliva mientras me levantaba rápidamente de la cama, realmente asustada ante la idea de que fuera un vampiro muy cabreado quien se hubiera presentado en mi habitación.

—Tendrás que acostumbrarte.

Jamás había pensado que me alegraría tanto de escuchar la suave voz de Kinn a horas tan tempranas. Mi cuerpo se relajó enormemente mientras Ámarok, con un bostezo, se colocaba a mi lado.

Yo sí que voy a tener que acostumbrarme a tus horarios nocturnos ahora —fue una especie de queja por parte del lobo.

—¿Qué haces aquí? —mi pregunta iba dirigida a la pelirroja.

—Despertarte, por supuesto —entró y cerró la puerta tras ella—. Considéralo un favor, un acto de compasión hacia una novata que va a sufrir más que ninguno de los que estamos aquí.

—¿Qué?

Ella me hizo gestos para que me levantara y comenzara a prepararme, de modo que hice lo que me pedía, pero antes miré el reloj. Eran las nueve y cuarto de la noche. Tenía el tiempo justo para asearme y tratar de ingerir algo. La sola idea hizo que mis tripas rugieran.

—Asmord —Kinn pronunció su nombre mientras se sentaba en mi cama—. Corre el rumor de que va a ser tu profesor. ¿Te has dormido con la ropa puesta?

El mundo oculto del Espejo [SILENE #1]Where stories live. Discover now