Trescientas ochenta y dos palabras

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No puedo dormir, he pasado el día con una sensación extraña que no se va. Esta necesidad perenne de querer hacer algo y la incapacidad de hacerlo me tiene sumergida en un espiral no diría yo autodestructivo pero caray, quiero fumarme un cigarrillo quizás cinco ¡y yo ni siquiera fumo! Siento vacío y temo que absorba a quien más he querido porque espontáneamente aparecen actitudes para llenarlo. Yo no soy esas actitudes pero interactúan contigo y con ella, suelen arruinarlo todo. Me da miedo ser esas actitudes, en el fondo sé que lo soy aún cuando no quiero. Mi pierna no se detiene, he andado kilómetros sin moverme del sillón y entonces me doy cuenta, no porque esté cansada (aunque lo estoy) sino porque mi madre me mira fijamente. Sé que estoy moviendo la pierna pero no puedo parar. Me levanto del salón a la cocina, camino luego a la habitación y regreso al salón. Una vez, dos veces, tres, cuatro, cinco veces. Noté que el plural de vez es veces y la zeta cambia por ce, es ortografía pero no deja de ser extraño a veces o en ocasiones para no caer en lo mismo. Me dejaron sola hoy, no es extraño suelo estar sola aunque tenga personas al lado, me gusta que me acompañen a veces, ahí va de nuevo. Hoy por ejemplo, entonces pensé que necesitaba algo para distraerme y evitar el eco; me duché de nuevo y me puse los zapatos, estaba decidida a salir para cuando terminé de atarlos ya eran las cinco y diecisiete. No era hora buena hora para salir y a las seis ya sería demasiado tarde así que me senté en el sofá. La sensación extraña me acompañó durante la cena, me senté a trabajar y no lograba hilvanar una palabra con otra, sigue allí, donde debería estar todo lo demás. Ya es media noche siempre dudo si escribirlo junto o separado, decido lo segundo, como siempre. Es hora de dormir aunque realmente solo se trata de apagar las luces y reposar sobre la cama con los ojos cerrados. Esa sensación extraña suele mantenerme despierta por horas, pero si logro dormir, realmente dormir aunque sea unos minutos quizás para cuando salga el sol la sensación extraña se haya ido porque ya es mañana.

Hola, soy TuckWhere stories live. Discover now