3. Hola, razón de mi existencia

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-Bueno.. me alegra que estés aquí -dijo sonriendo. La chica a pesar de que en cuarto año no le había caído del todo bien, al final le resultó muy amigable.- ¿Dónde están los demás?

-En la sala, Molly está que da brincos por tener a ¿Annissa? aquí. Llevagé tu equipaje a tu habitación.

-Está bien. Gracias -dijo Annie encaminándose a la sala. Ahí estaban Ron, Hermione junto a Theo, Blaise, Annissa, Molly y Ginny.

-¡Annie! -exclamó Ron levantándoae y abrazando a su mejor amiga, tomándola por sorpresa.

-Wow, ¿qué bicho te picó? -preguntó riendo.

-¿Qué? ¿Acaso no puedo abrazar a mi mejor amiga? -preguntó ofendido.

-Bueno.. contando que a ti no te gustan los abrazos..

-A mi si. Quita, Ron -la voz de Hermione se escuchó y Annie la abrazó, emocionada.- Ya te extrañaba.

-Yo también, pero Theo más -dijo Annie separándose.

El Slytherin enrojeció.

-Gracias Annie.

La chica le guiñó el ojo mientras saludaba a Molly Weasley.

-Querida, qué grande estás -dijo observándola- y muy bonita también.

-Gracias, señora Weasley. Hola Ginny.

La pelirroja le dio una sonrisa.

-¿Quieren comer? La cena está lista -dijo Molly yendo a la cocina.

Annie, emocionada por volver a comer de la deliciosa comida, siguió a los demás. La comida como siempre estaba deliciosa, pero Annie sabia que algo faltaba, y ese era Harry.

Se moría por verlo, pues ese verano estaba más reacia a salir por todo lo que estaba pasando, así que mejor prefirió quedarse en casa. Charlaron animadamente. Blaise y Theo se desenvolvían muy bien, y Annissa estaba sonriendo al sentirse en un ambiente familiar y hogareño.

A pesar de que querían quedarse charlando durante otro rato más, al ver a Annissa dormida contra el regazo de Annie, mandó a todos a dormir. La Gryffindor no quería despertar a Issa, por lo que le pidió a la señora Weasley si podía quedarse un rato más en el sillón mientras leía un libro.

Molly aceptó y Hermione le trajo su Walkman y un libro que había dejado a la mitad. Entre la música y las letras, se dejó perder en otra realidad, cosa que a ella le encantaba. Salir de tu mundo para viajar a uno completamente nuevo lleno de misterios y aventuras.

No supo en qué momento, pero terminó dormida en el sillón con el libro a un lado y la música del Walkman seguía reproduciéndose. Así fue como Harry las encontró a ambas y no pudo evitar sonreír. Desde hacía mucho tiempo no las veía, y volver a hacerlo le llenaba de una cálida sensación a la que había asociado con Annie e Issa.

-Le dije a Annie que fuera a su cama -renegó Molly.

-Yo las llevo -dijo Harry acercándose a ambas. Con mucho cuidado, tomó a Issa en brazos, quien sólo se acomodó y siguió durmiendo.- ¿En dónde..?

-Oh sí. Me temo que tendrán que dormir en la misma habitación. Blaise y Theo están ocupando una -dijo Molly guiándolo escaleras arriba. Al parecer, se quedarían en la habitación de los gemelos. Abrió la puerta y habían dos camas, por lo que la señora Weasley transfiguró una almohada y se convirtio en otra cama, y Harry dejó a Annissa ahí.

Bajó de nuevo para ir por Annie. Al llegar, le quitó los auriculares y dejó el Walkman junto al libro, la tomó en brazos como muchas veces ha hecho, y volvió por donde vino, dejándola en otra de las camas.

Annie y el Misterio del PríncipeWhere stories live. Discover now