Capítulo 35

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Como tengo lo más parecido a un Capítulo 36 larguísimo escrito, os dejo el 35. Soy consciente de que altero el orden de escenarios al no abordar a Anne ahora mismo, pero no es como si no hubiera avisado de esos detalles antes, ¿verdad? Espero que os guste :)


35

Siméon, por su parte, hacía lo posible por no pensar en Víctor, aquella tarde, mientras adiestraba con su hermano. Aquello no había sido tanto una exigencia suya, sino una precaución obvia dado lo que se acercaba. Aquel evento...

Y es que si bien Raymond Legendre, uno de sus antiguos amigos más fieles, organizaba bailes temáticos desde que era mayor de edad, justificándose bajo el argumento de que eran el mejor modo de relajarse, desconectar, y, o, divertirse, (algo que, según él, necesitaba fuertemente desde hace varios días), no siempre coincidían con la preparación para una guerra de razas. Lo cual era lo que su hermano le había desvelado, ayer, que estaba ocurriendo en la ciudad y la razón de tantas muertes. Y la única forma de solucionarlo, de sobrevivir, era unirse a la batalla.

Personalmente Siméon hubiera preferido mantenerse al margen del evento, una cosa era ayudar y proteger a su hermano en las batallas, como él había prometido en su día cuando lo supo todo, otra era lo que tocaba ahora. Controlar sus emociones, fingir que ignoraba lo que se programaba, el peligro real que podrían correr sus amigos y las razones por las cuales había discutido con Raymond esta mañana, era un tema difícil. Y eso sin contar lo que él sospechaba sobre su mejor amigo desde que había decidido investigar lo ocurrido con sus padres hace tantos años...

¿Realmente podría matarlo si se convertía? Samuel no era como Giovanna, tenía raíces angélicas por ambas partes, era más que obvio lo que ocurriría si se veía envuelto en algún peligro.

Y hablando de peligros...

Mantente, firme, Siméon. —escuchó la voz de su hermano en el momento en el que decidió frenar su fase, era increíble lo bien que habían logrado coordinarse en apenas dos semanas, tanto que ambos podían, en cierto modo, notar los cambios en el otro si estaba cerca. —Debes aprender a controlar tus emociones. Recuerda lo que te dije, el mínimo movimiento en falso y todo podría desatarse más pronto que tarde.

Y es que esa era la razón de tanta práctica, aquellos eventos no solo eran muy importantes sino también muy peligrosos, cualquier acto imprudente, por mínimo que fuera, podría ser tomado como un desafío, y era más que obvio que cambiar de fase en medio del baile entraba en ese esquema.

No podía permitir que los humanos descubrieran lo que eran y, a la vez, al ser hermano del segundo al mando de la manada, no podía, simplemente, librarse de acudir. Sus enemigos lo interpretarían como una señal de debilidad de este y, por lo cual, uno de los primeros objetivos de la guerra en cuanto esta se iniciase.

—Estoy en ello, no te preocupes. Es solo que quería preguntarte algo —Logró articular Siméon en cuanto consiguió librarse del calor de la fase. Definitivamente la licantropía era sobrecogedora, única y especial.

Cuando su hermano le contó aquellos cuentos, nada más regresar de Berlín, él nunca pensó que fueran reales, ¿cómo podrían serlo si apenas tenían sentido? Fue lo que le animó a contárselos a sus amigos hace tantos años, compartir aquellas fantasías que tanto lo maravillaban. Eso y que tanto él como Víctor estaban cansados de verse en dos frentes, únicamente porque dos de sus amigos no parecían dispuestos a dirigirse la palabra, Gerard y Samuel.

Y a Samuel parecían incomodarle tanto los relatos, asustarle incluso, que no vaciló en sugerírselo a su amigo. En aquel tiempo ignoraba que él también conociera cosas e incluso así, ¿qué importaba? Únicamente eran relatos, fantasías, ilusiones; y si servían para unir a sus amigos, ¿por qué no utilizarlas a su favor?

Seyens: SternOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz