Capítulo Dieciséis: Recuerdos

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Louis caminaba rápidamente por las soleadas calles cercas de su casa, mirando en todas direcciones debido a la sensación de ser observado constantemente, pero al cabo de unos minutos y sin percatarse, alguien lo atacó por detrás.

—Ahora sí la pagarás, traidor —escuchó a la vez que sintió algo frío y duro posicionarse atrás de su cabeza.— Te encontramos.

Louis lentamente fue poniendo sus manos al aire en forma de paz.

—Bernal. —Susurró mientras oía más pasos acercándose.— No quieres hacer esto, fui uno de tus mejores hombres y lo sabes.

—Eso hasta que me viste la cara de idiota ¿Quién te creíste? Engañarme a mí, haciéndote pasar por un alfa —sacó el arma de la cabeza de Louis para colocarse enfrente de él, mientras otro de sus hombres agarraba al omega de los brazos con fuerza.

—¿Te duele que un omega haya sido más hábil que tus patéticos compañeros? —dijo con una sonrisa en la cara— ¿En qué año sigue estando tu cerebro aún, eh? ¿Sigues con la idea de la jerarquía? Por favor, eso se está extinguiendo desde que las nuevas leyes salier-

El Omega sintió como su mejilla fue golpeada con algo metálico.

—¡Me vale un maldito comino las nuevas leyes! En este lugar siguen siendo unas escorias, Louis. ¿Por qué eres el único que no comprende eso? —dijo con agresividad mientras jalaba el cabello de Louis hacia atrás, haciendo que el omega pudiera ver de reojo el dragón rojo tatuado en el cuello de su ex-compañero.

—Ya me conoces, siempre fui terco —guiño un ojo haciendo gruñir al alfa de furia.

—Y tu terquedad te llevará a la muerte —finalizó diciendo luego de hacer una señal a sus hombres y retirarse.

Los alfas restantes empezaron a golpear a Louis con la finalidad de dejarlo moribundo.

Louis hizo su cuerpo rígido para soportar los golpes, pero sabía que no iba a aguantar mucho.
El omega podría con uno o dos alfas, pero no con todos los que estaban ahí.

Estaba a punto de desmayarse hasta que escuchó un fuerte sonido de un auto frenar en seco, un gruñido y un olor muy conocido. Todos sus atacantes se detuvieron y voltearon a ver al que estaba produciendo tal sonido.

—Caballeros —saludó el alfa uniformado, mostrando sus ojos rojizos y saliendo del auto— Tengo dos opciones aquí mismo —Cerró la puerta de su auto con un fuerte portazo a la par que mostraba sus garras— los detengo a todos para que los encierren en una no muy bonita cárcel o los extermino aquí mismo a sangre fría, ustedes eligen.

A la mitad de su advertencia, los alfas se marcharon muy rápido, pues, por la vestimenta de Harry, sabían quién era.

—A eso me refería con patéticos —murmuró Louis mientras se ponía de pie con dificultad.

Harry se apresuró a colocar una mano en su cintura y cargarlo hasta llevarlo al asiento del copiloto en su auto.

—Vamos a llevarte al hospital para que te revisen —aseguró mientras cerraba la puerta del copiloto y se adentraban a su lado del auto.

—No es necesario, me estoy curando —dijo mientras veía las heridas sanando.

—Sorprendente...tienes curación rápida —el alfa veía como los moretones volvían al color natural del Louis— ¿Entonces, quieres ir a la cita? —preguntó para luego acariciar una mejilla de Louis, quien estaba luchando por no sonreír.

Wait for me, Alpha [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora