Capítulo 1

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Tengo que hacer un gran esfuerzo para dejar de mirarla y largarme de este lugar de mierda. Le dejo al chico latino un par de billetes bajo el vaso antes de girarme hacia la salida.

La lluvia no a cesado ni un momento, pero no puedo quedarme aquí a socializar con ebrios y malolientes. Tengo que volver a mi ático para reiniciar mi rutina de todos los días.

Miro a la chica una vez más antes de abrir la puerta y por un segundo ella me mira fijamente. Siento su mirada recorrerme de arriba a abajo, pero tengo ese efecto en las mujeres.

Sus labios rojos se mueven con sensualidad mientras canta una canción que me intriga.

(...) People like us
Know how to survive
There's no point in living
If you can't feel the life
We know when to kiss
And we know when to kill
If we can't have it all
Then nobody will...(...)

Pero mientras más me alejo del local, más resuena su voz en mi cabeza. Seguro es el maldito whisky barato que tomé.

— Pedí un taxi para usted, Señor Grey — Dice Jason tan pronto como me acerco.

— Bien, estoy listo para salir de este maldito lugar.

Entro al taxi estacionado detrás de la grúa y Jason entra en el asiento del copiloto. Le da las indicaciones al taxista, luego llama al taller a donde la grúa llevará el Audi.

Me encargo de pagar al chofer y bajo del vehículo para entrar al vestíbulo. Ha sido un día pesado, cansado, estresante y encima no puedo sacarme de la cabeza la voz de la chiquilla del bar.

Tomo una ducha fría para despejarme y me siento un rato frente al piano, luego unas pisadas descienden por la escalera. Mierda, lo olvidé. Ella está aquí.

— ¿El amo necesita compañía? — Camille se arrodilla en el piso junto a mí.

Es viernes y seguro llegó a media tarde como de costumbre. Una sumisa presiosa, de cabello largo y castaño, ojos color miel y piel ligeramente tostada.

— No, puedes irte.

Ella se pone de pie y su bata de seda se abre cuando lo hace. Lleva el corset negro transparente que usa para andar por el departamento, en caso de que Jason aparezca de pronto.

Sus piernas largas y delgadas se mueven con gracia mientras gira sobre sus talones para volver a subir las escaleras, pero ya lo he pensado mejor.

— Ven aquí.

Ella gira de nuevo y puedo ver una ligera sonrisa en sus labios que borra al instante si no quiere recibir una buena reprimenda.

Doy la vuelta sobre el banquillo para recargar la espalda en el piano y señaló el punto en el piso en el que quiero que se arrodille, entre mis piernas.

Y Camille sabe exactamente lo que tiene que hacer, así que me dedico a disfrutar las caricias que ella me proporciona. El jodido problema es que tan pronto como cierro los ojos, la chiquilla del bar viene a mi mente de nuevo.

Sus labios rojos, un poco gruesos y tentadores. Sus ojos azules brillantes que la hacen lucir inocente a pesar de trabajar en un lugar tan asqueroso y ese cuerpo delgado y firme que atrae demasiadas miradas.

— Voy a... — Gruño mientras ella termina su trabajo.

Tan pronto como me libero me levanto del banquillo para ir a mi habitación mientras Camille permanece arrodillada junto al piano. Tal vez ahora pueda dormir un poco.

Pero es malditamente imposible. Son las 4:40 de la madrugada cuando me despiertan las malditas pesadillas como de costumbre. Me levanto de la cama para tomar un vaso de agua, pero la ansiedad aún recorre mi cuerpo.

Voy a mi gimnasio para gastar algo más de energía levantando pesas y corriendo sobre la banda, pero en lugar de relajarme me siento más activo.

— ¿Señor Grey? — Jason me llama desde la puerta — ¿Saldrá a trotar a la bahía?

— Mierda.

Mi mente se ha despejado, pero me tomó dos horas conseguirlo. Asiento hacia mi empleado para que prepare nuestra salida y entonces voy a la sala.

Gail debió irse temprano, así que solo Taylor y yo estamos aquí... Bueno, y Camille. Salimos para iniciar el recorrido, pero mi mente está en otro lugar. Pienso en todos los pendientes que debo atender en Grey House y que probablemente me llevarían toda la mañana.

Así que tan pronto como estamos de vuelta, me doy una ducha y me visto para ir a la oficina. Necesito que Taylor se encargue de supervisar la reparación de mi auto, por lo que tomo el R8 por hoy.

— Señor Grey — Andrea sonríe como de costumbre.

— Quiero un café sin azúcar — Le gruño sin detenerme.

De nuevo empiezo a sentirme ansioso y dudo que el café sea una buena idea por el momento. ¿Será resaca? ¿El jodido whisky barato de anoche me afectó más de lo que debería?

Por un momento considero llamar a Welch, pero como lo más seguro es que no vuelva al bar de mierda, lo dejo pasar y me concentro en mis asuntos.

Sobre las 2 de la tarde decido que he tenido suficiente y me preparo para salir. Al parecer el auto que está en el taller solo necesitaba cambio de batería y ya se encuentra de nuevo en Escala.

La sensación de manejar mi R8 es tan placentera que tomo el camino largo para dar una vuelta cerca de Elliot Bay antes de volver a Escala.

Subo en el ascensor deshaciéndome de la corbata y cuando la puerta se abre, la lanzo junto al maletín en el sofá. Camille se encuentra junto a la barra con la comida servida.

— Me alegra verlo, Amo.

Dice, pero solo la miro de arriba a abajo. Sabe que Taylor no está, por eso muestra de nuevo su corset con transparencias. Su cabello largo y suelto se mueve con delicadeza cuando camina.

— Le he preparado al Amo su platillo favorito.

Intenta complacerme, pero la irritación en la boca de mi estómago vuelve a aparecer.

— No me apetece, prepara otra cosa.

Sus ojos se abren con sorpresa y vuelve a bajar la mirada antes de que alcance mis ojos. Si tan solo lo hubiera hecho, yo sería feliz azotando ese pequeño trasero hasta dejarlo rojizo y marcado.

~ • ~

¡ Aquí lo tienes Lely123456789 !

La canción en multimedia es: The World Is not Enough de Garbage.

Oscuro (Libro #1)Where stories live. Discover now