Capitulo 02 : The forgotten town

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Llevo prácticamente poco caminando, aun no he conseguido rodear el gran barranco que divide las dos partes del bosque. Me vi obligado a usar mi magia para crear un puente, se que eso llamara la atención de algun Cazador de magos que haya cerca pero estaré lejos de aquí para cuando llegue.

" !Por el poder que poseo, hos ordeno rocas y piedras que formeis un puente!  Permitirme cruzar al otro lado y continuar mi camino, ¡puente rocoso! " Seguidamente las rocas y piedras que habian al fondo del barranco se alzaron rápidamente hacía mi formando delante mia un delgado pero seguro puente hacia el otro lado. Cruzandolo con sutileza por fin conseguí llegar al otro, estaba un paso mas cerca de mi destino.

Empecé mi camino hacía el pueblo que había visto, solamente podía guiarme por la posición del sol asi que debo darme prisa o se hará de noche. Y ironicamente eso fue lo que paso, en mitad del camino el cielo se oscureció provocando que me viera obligado a acampar.

Tenía el temor de que el Dragon o algún Cazador pudiera haber seguido mi rastro, por lo que decidi subirme a la rama de un árbol y calentarme únicamente con mi gabardina. Tenia frio, mucho frio… Pero prefería eso a morir en mi segunda noche de travesía, apenas comienzo mi leyenda y no puede acabar tan rapidamente.

No conseguia conciliar el sueño, por lo que me dedique a observar las estrellas mientras de fondo oía los pasos y rugidos de las bestias nocturnas. Mayormente podrían tratarse de lobos, pero no quería arriesgarme a encontrarme de frente con alguna bestia mas agresiva, como serian los Vampiros. Son una raza en si neutral, pero en esta parte del mundo los chupasangres que hay son totalmente hostiles. Se matan entre ellos, no tienen piedad con nada y nadien.

Me mantuve toda la noche en vela, no pude dormir nada… Tengo la esperanza de poder descansar una vez llegue a aquel pueblo, por lo que sin perder un solo minuto empecé de nuevo mi camino con el primer rayo de sol. Estoy cada ves más cerca, tengo la plena confianza de que los Druidas y las Hadas me aceptarán pues al menos antes solian ser muy amables pero mayormente pacíficos.

Y estaba en lo cierto, cuando al fin llegué al pueblo no podia creérmelo. ¡Habia también un Ent! ¡Un pastor de árboles!  Fue incríble, es él quien guarda la única entrada del asentamiento. Al principio no se fiaba de mi, supongo que es normal pues en estos tiempos los hombres eramos los mayores enemigos de los Seres Mágicos. Pero sin saber como, este viejo árbol al que mas tarde conocería como Barbul había visto algo en mi que ni siquiera yo mismo sabia.

Me dejaron entrar, aunque antes de dejarme libre por el pueblo me llevaron con los ojos vendados a una sala debajo del gran arbol central. Cuando al fin pude ver donde estaba, me di cuenta de que estaba en medio de un salon rodeado de los líderes de cada Clan. Los Druidas eran los que mas serios estaban, habían pasado malos momentos en la guerra contra los hombres y por eso mismo pensaban que era un espia. En cambio, el Clan de las Hadas fue bastante mas amable conmigo pues ya me habían visto antes cuando vivia junto a Gheleon.

Por último, estaba el Clan del bosque. Eran arboles humanoides, parecidos a los Ents pero menos poderosos y de menor tamaño. Ellos eran mas neutrales, no tenían razones para desconfiar de mi personalmente pero si de los hombres. Tienen una ideología muy noble, hos la podria explicar paso a paso pero tardaría demasiado. Jamas me he molestado en entender la ideologías de las razas y fracciones, pero la de este Clan… Me resulto tan fascinante que no pude resistirme, cuando llegaron a la conclusion que yo no era una amenaza me dejaron libre. ¡Lo primero que hice fue visitar su zona!  Era todo tan hermoso, no construían nada, la naturaleza les daba todo lo que necesitaban. Note en ellos un sentimiento de confusión pues nunca antes les había pasado eso, se puede decir que fui el primer hombre en conocer toto el transfondo del Clan del bosque.

Me fui moviendo por las distintas zonas del pueblo, era bien aceptado por todo exepto por los Druidas que eran mas reservados conmigo. A muchos no les agradaba la idea de que un hombre y a la vez un hechicero caminara por su hogar. Quisieron matarme, obviamente no todos pero había un pequeño grupo de los Druidas que planeaban acabar conmigo. Lo habrían conseguido, pero por suerte me encontraba bajo la protección personal del Barbul.

El tiempo me paso volando, estaba tan entusiasmado con lo mucho que estaba aprendiendo que mis sentidos se durmieron. Ya no me preocupaba por las bestias de las Tierras Salvajes, que gran error por mi parte…

Tontamente se me había olvidado ocultar mi rastro, por lo que el Viejo Dragón que anteriormente había logrado paralizar y escapar de él me había rastreado. No entiendo el porque, pero no atacó cuando me encontró. Se mantuvo al acecho, la gente del pueblo sabian que estaba cerca pero no hicieron nada. No le habían hecho nada, por lo que suponían que no tenía razones para atacarles. No comprendían que habia llegado hasta aquí por mi, quería mi sangre… Me quería devorar

Para cuando me di cuenta fue tarde, en mitad de la noche el Viejo Dragon se alzo el vuelo camufladose con el nocturno cielo debido a sus escamas negras. Nadie lo vio venir, lo unico que logramos ver fue su unico ojo izquierdo que brillaba en un tono anaranjado lleno de ira y el fuego carmesí que soltaba por sus fauces.

- Continuará… -

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