prologo

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Sentía como la lluvia entraba en aquella herida que atravesaba mi espalda, veía como a pesar de que el de que el agua caía a cántaros la sangre a mi alrededor no se diluía, sentía el frío piso de aquel callejón bajo mis manos y muslos, el lateral de mi rostro dolía por la forma en la que el agua se combinaba con la baja temperatura, sentía como el frío me calaba los huesos, no sabía si iba a morir de hipotermia o por la pérdida de sangre.

Mientras pensaba en cual de ambas prefería y observaba aquel charco escarlata convertirse en rio a mi alrededor logré escuchar unas voces a la lejanía, las conocía, una voz cálida se hizo predominante entre las demás... ¿quién era?... Sentí, de repente, unas manos cálidas que me tomaban con cuidado, como intentando no herirme más de lo que ya estaba, a pesar de la suavidad con la que me levantó el movimiento me hizo emitir un quejido que me llevo a darme cuenta de un dolor punzante en los pulmones, probablemente por el helado aire que había estado respirando, mientras miraba su rostro mi mente divagaba bombardeándome con preguntas ¿cómo había llegado ahí? ¿por qué mi cabeza dolía de esa manera? ¿quien me cargaba? ¿porque mis costillas se sentían tan calientes si el resto de mi cuerpo estaba frío? ¿me atacaron? ¿me lastime sola? Mi cerebro no dejaba de trabajar pensando en alguna respuesta para mis preguntas.

Rossette - bienvenida a SohoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora