— Aceptamos tu trato, pero ahora nos perteneces, y... tu hijo tendrá que venir a estudiar en la casa principal.

Fue lo que dijo el mayor, el hermano menor de los Lan, tomó y jaló con fuerza al hombre para colocarlo contra su pecho.

— No podemos permitir otro error así, yo seré su maestro. Hermano, estaría bien si el mayor Jin duerme junto a mi recamara, junto a su hijo.

El Jin no pronunció ninguna palabra, el hermano mayor frunció el ceño y asintió.

Pero él va a pasar sirviéndome durante el día.

— Como diga el líder.

Finalizaron su conversación dejando que ambos salieran. Para su sorpresa, Meng Shi ya no estaba presente, no pudo objetar mucho y solo tomó la mano de su hijo para guiarlo hacia lo que estos habían mencionado.

Los días pasaron, GuangYao empezó a adaptarse al entorno, los primeros días los pasaba en el estudio de QiRen, este siempre era acompañado con los dos chicos que conoció el primer día que llegó, estos se les notaba rectos, pulcros y siempre con un libro en mano. Casi no veía a su padre, pues en las noches se iba a la habitación de su maestro y volvía cuando ya él dormía. No habían vuelto a ver a Meng Shi durante todo ese tiempo.

Una tarde, sus clases terminaron antes por lo que salió a recorrer la casa principal, encontrándose con varios subordinados de la secta, estos al verle sonrieron. Se le iban a acercar cuando el hijo mayor se mostró a la espalda de este.

— Mi tío hoy se ha reunido con tu padre y la corte, casi nunca sales, ¿deseas que te acompañe a dar un paseo por el jardín?

Comentó el chico, el rostro de GuangYao se notó extrañado, mas no se negó y solo asintió. Su caminata fue en silencio hasta que llegaron a una torre. GuangYao miró al chico que parecía anhelar entrar allí. Soltando un largo suspiro acercó su mano a este y le llevó de vuelta. Estaban bien hasta que entraron en la casa principal y se escucharon gritos, la curiosidad de GuangYao fue tanta que caminó hasta la puerta logrando reconocer la voz de los mayores Lan, seguido de ello un estruendo y un silencio largo y pesado. Presionó los puños y abrió la puerta sin preguntar encontrando a su padre en el suelo con las manos sangrando y al parecer inconsciente, ambos Lan le miraban con horror. Dio algunos pasos hasta estar cerca y agacharse a tocar a su padre. No respiraba ni respondía, la respiración de Yao se tensó y presionó sus puños sin poder comentar una palabra. El hijo mayor del líder entró y lanzó una aguja que hizo que Yao cayera al suelo sin conciencia.

Las horas pasaron, cuando despertó estaba en su habitación, el joven estaba a su lado con una agradable sonrisa, tocó su frente y suspiró.

— Sé lo que dirás, tu padre... bueno, fue un accidente, por favor, toma la semana para descansar, es una orden de mi tío, por cierto, mi nombre es Lan XiChen, un placer poder hablar contigo.

Al finalizar su hablar, se puso de pie e hizo una reverencia para retirarse. Los siguientes días GuangYao no salió de su habitación, mantenía su mirada perdida. Solo recibía la comida y consumía poco. Duró tres meses así hasta que el hijo Mayor entró a la fuerza para sacarlo de aquel lugar.

Luego de ese suceso empezó a ser más expresivo con este, no reía, pero tampoco se notaba tan enojado o desecho como antes. Empezó a ir a sus clases e ignorar a los demás, más su amabilidad se notaba cada que estos buscaban hablarle.

Los años pasaron, su popularidad fue creciendo, aunque odiaba ser rodeado, siempre terminaba siendo salvado por XiChen, este se había vuelto su amigo más cercano y cariñoso, casi siempre tomaban el té juntos.

GuangYao estaba por cumplir los 20 años, edad a la que su padre fue declarado mago cortesano, y aunque no estaba a su altura, a la cantidad de poder de su padre, entró entre los mejores. Se hizo subordinado de Lan XiChen, por lo que empezaban a compartir tiempo juntos, sea por trabajo o simplemente disfrutar ambos de sus compañías.

GuangYao había desarrollado sentimientos por este y casi siempre lo ocultaba tras una sonrisa. Ese día XiChen se mostraba diferente, parecía nervioso, y evitaba mirarle seguido. Unos chicos del clan le invitaron al valle, para encontrar un familiar, en ese lugar todos parecían felices, pero GuangYao sentía que nada respondía su llamado. Hasta que logró chocar con una roca, esta se movió hasta que emergió un pequeño dragón, Yao lo tomó en sus brazos y este se aferró al Jin. Al volver XiChen se acercó a este preocupado. Tocó su mano y soltó un largo suspiro, le siguió hasta la habitación, pero antes de poder decir algo, sintió los labios de XiChen sobre los suyos. Correspondió a este dudando un poco, no olía a alcohol o algo más.

— No te vuelvas a ir así, no sabría que hacer si te pierdo.

Le escuchó pronunciar, una sonrisa y un sentimiento cálido llenó su corazón, volvió a besarle y esta vez era seguro y dulce.

Una semana después finalmente hicieron su relación formal, el dragón crecía muy rápido, por lo que este consideraba el irse de la secta al valle y vivir allí cuidándolo. XiChen no sabia que decirle, por lo que al hablar con su padre renunció a su puesto y siguió a Yao, para estar junto a él.

Años más tarde, el clan de druidas de los Lan creó una asociación para los magos que quisieran estar con los Dragones y criarlos. GuangYao vivía en armonía con su amado, pero sabían que no dejarían legado. GuangYao utilizó su magia para crear una vida, dentro de si mismo. Con ayuda de XiChen, logró quedar en cinta. A los meses, antes del tiempo pensado dio a luz a un niño, de cabello similar al de XiChen, pero con los ojos ámbar de GuangYao, fue reconocido como "JingYi"

El niño creció siendo amado por ambos padres, más GuangYao había sacrificado la mitad del tiempo de su vida restante, por lo que, murió cuando su cuerpo no pudo más. Su legado y su amor, a pesar de haber perdido todo, no fue malo, pues gracias a ese error, pudo conocer a quien lo amó sin mentiras y puramente.

— Los años pasaran, el tiempo avanzará, pero sé que tú me esperas en la eternidad, no tardaré mucho, solo deja que nuestro pequeño pueda brillar tanto como tu lo hiciste en este mundo.

Fue el pensamiento del Lan que pasaba en ese momento cuando sostenía una prenda de su amado, que ahora le esperaba en la eternidad.

NOTA DE AUTOR:

Yo realmente tenia muchas ideas, pero no sabía cuál de todas, al final me sentí mal por lo que había planeado, por lo que decidí hacer este y siento que no quedó muy bien, pero espero que les guste... gracias por leer, se les ama.

Besos para todos.

Fictober XiYaoWhere stories live. Discover now