Capítulo 4🍁

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Después de que el profesor las dejara pasar, las cuatro tomaron asiento hasta el fondo del salón y sin volver a hablar, cada una se mantenía en sus propios asuntos.

Samantha tenía demasiadas cosas en qué pensar, pese a que le habían agradado aquellas tres chicas, todavía no estaban entre sus prioridades, aunque tenía que admitir que aquella anomalía que las cuatro poseían en común sí le causaba cierta intriga, no era la suficiente como para que pensara mucho en ello.

Su mayor preocupación era saber el porqué de que sus padres decidieran transferirla de instituto a ella y a su hermano tan repentinamente. Le resultaba extraño que después de la última visita nocturna de aquel amigo de sus padres —del cual no conocía ni siquiera el nombre—, éstos hubiesen comenzado a actuar más extraño de lo normal, tanto que de la noche a la mañana los mandaron lejos.

Sus padres siempre le habían parecido extraños, no eran los típicos padres que se comportaban siempre como adultos, no. Para empezar, pese a que sus trabajos les requería mucho de su tiempo, ellos siempre hacían espacio en sus agendas para poder pasar tiempo con sus hijos; su padre era un hombre que fácilmente intimidaba con su apariencia y su voz, pero siempre había estado con sus hijos apoyándolos en todo lo que necesitaran, hasta en sus travesuras; y su madre, aquella mujer era hermosa y peligrosa al mismo tiempo, pero era buena madre, mimándolos cada que podía y curando ella misma las heridas que se hacían mientras entrenaban.

Pese a que sus padres muchas veces se dejaban guiar por sus instintos en vez de la racionalidad, una decisión como la que tomaron es algo que les tomaría tiempo pensar debido a que se trataba de alejarlos, pero ellos lo hicieron tan rápido que eso era lo que le resultaba extraño y algo preocupante.

Además, no podía quitarse la idea de la cabeza de que aquel "amigo" que solía visitarlos esporádicamente de noche tuvo algo que ver con esa repentina decisión. No conocía su nombre, ni su apariencia, ya que siempre que se escabullía para verlo, éste portaba una capucha que le cubría gran parte del rostro, solo sabía que era alto y que tenía una bonita sonrisa.

Fue sacada de sus pensamientos gracias a que su móvil vibró, un mensaje de su hermano mayor le había llegado.


«Espero estés haciendo amigos, te espero en casa, no te pierdaaas.»


Al leer el mensaje su ceño se frunció, su hermano Anthony decidió saltarse el primer día de clases para poder investigar el nuevo lugar en donde vivirían a partir de ahora.

Según tenía entendido, sus padres habían hecho un trato con otros amigos para que sus hijos también vivieran en la misma casa, por lo que suponía que la estructura de dicha casa debía ser grande. Pese a que en un inicio no le agradó la idea de tener que compartir con desconocidos, ahora no le era tan importante, después de todo, conocer nuevas personas de su misma edad no le haría nada mal.

Las cuatro estaciones: La leyenda (Bilogía #CuatroEstaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora