chapter twelve

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Polo frunció su ceño hacia Guzmán, sus ojos azules y más fríos de lo normal estaban clavados sobre su amigo demostrando que no estaba para nada de acuerdo en cómo había tratado a Olivia.

— No debiste gritarle así, joder Guzmán. Olivia sólo trataba de demostrarte su apoyo y que si necesitabas algo podría ayudar. —se paró frente a él con una amarga expresión en su rostro, cargada de decepción.— Eres un idiota.

— Oh vamos Polito, ¿Ahora eres defensor de pobres y ausentes? —Lucrecia sonrió divertida, observando al español.

— No entiendo por qué ustedes dos la tratan de esa forma, Polo tiene razón, ella sólo quiso ayudar.

Lucrecia soltó una carcajada al oír las palabras de Ander — ¿Tú tambien? ¿Tan bien lo hace? Me refiero al sexo, porque sino no entiendo que les sucede.

— ¡Lu! —exclamó Carla con su ceño fruncido mientras Lucrecia soltaba un «¿Qué?» divertida con la situación que se había creado.

Polo, cansado de oír las palabras de Lucrecia  suspiró con frustración y dándoles una última mirada se alejó del grupo caminando hasta el asiento que compartía con Olivia. Ander por su parte continuó reclamándole a Guzmán la actitud que había tenido con la latina cuando ella sólo trataba de ayudar.

Morena, no te preocupes por lo que dijo Guzmán. —susurró tomando asiento junto a ella, Polo intentaba esos ojos tan preciosos que ella tenía pero le era imposible porque Olivia no quitaba su vista del cristal.— Está pasando una situación bastante complicada aunque su forma de actuar no tiene justificación, sólo querías ayudar, es un gesto muy dulce de tu parte, incluso lo del café Liv.

Polo notó como el labio inferior de Olivia temblaba ligeramente hasta que esta lo mordió con fuerza.— Uno de los cafés era para tí, y el otro para Ander. —ante la suave voz de la muchacha el español la observó con sorpresa, con una sonrisa dulce en su rostro, y sin pensarlo demasiado atrajo a la latina hacia sus brazos en un cálido abrazo donde Olivia aprovechó para esconder su rostro en el cuello del muchacho.

Con suavidad su mano trazó pequeñas caricias en la espalda de Olivia sobre la chaqueta de su uniforme, disfrutando del dulce aroma a cítricos que desprendía la latina. Polo cerró sus ojos, gozando de la calidez que emanaba la latina en sus brazos, apoyando su cabeza sobre la de ella. Cuando sintió que Olivia estaba más tranquila se alejó lentamente, acunando su rostro con sus manos.

— ¿Te parece que tomemos los cafés ahora y luego de las clases te invito a almorzar? —Polo observó el rostro de Olivia, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas y sus ojos habían recuperado una pequeña parte de ese brillo tan especial que presentaban siempre. Olivia asintió, y de forma espontánea el corazón de Polo se aceleró cuando comprobó que una dulce sonrisa volvía a aparecer en el rostro de la muchacha.— Joder, esa es la sonrisa que tanto me gusta. —susurró de forma casi inaudible para luego darle un sorbo al café, sonrió aún más al notar que Olivia había recordado cuál era su favorito.

— ¿Liv estás bien? —ambos detuvieron su conversación para observar a Ander que se encontraba sentado frente a ellos, con su ceño fruncido. La morena asintió entregándole su café con una pequeña sonrisa adornando su rostro y marcando sus hoyuelos.— Sólo ignora a Guzmán, en un completo gilipollas.

— Bueno, acabo de ver que le has dado un café a Ander y estoy seguro que el que tiene Polo también lo trajiste tú, no quiero decir que me siento desplazado pero me siento desplazado. —Valentino se sentó junto a Ander, observando a la muchacha con diversión. Olivia colocó sus ojos en blanco antes de sacar una bolsa de papel con un logo de distintos colores frente a esta.

— Ni siquiera tomas café. —murmuró tendiendole la bolsa. Valentino la tomó con curiosidad y soltó un «joder» con emoción al ver los muffins que habían en su interior.

— Liv eres un ángel, joder es por esto que eres mi mejor amiga. —habló con dificultad debido al muffin que acaba de meter en su boca. Olivia negó sonriendo, sintiéndose un poquito mejor gracias a esos tres españoles que estaban a su lado.

•••

OLIVIA AGUARDABA A POLO, SENTADA EN UNO DE LOS BANCOS QUE HABÍA EN LA ENTRADA de Las Encinas, cuando notó que Lucrecia se acercaba hacia ella. La latina rogó que la muchacha no se acercara a ella, no quería problemas, no tenía intenciones de tener una discusión con Lucrecia en esos momentos.

— ¿Y tú qué? —cuestionó llegando a ella, observándola de forma altanera.— ¿Qué pretendías con el café y tu faceta de la Madre Teresa de Calcuta?

Olivia suspiró con frustración.— No pretendía nada, sólo trataba de ser amable, es lo que las personas suelen hacer. Deberías intentarlo una vez, ya sabes para probar esa experiencia, no va a hacerte daño.

Lucrecia rió falsamente, acercando su rostro al de Olivia.— Ay qué divertida que eres cariño, pero no trates de hacerte la tonta. No sé que hiciste con Polo y Ander que te defienden tanto pero yo tu papel de la niña buena y dulce no me lo creo para nada, así que te aconsejo que andes con cuidado ¿Si?

La latina de ojos chocolate desvío su vista y al ver que Polo se acercaba a ellas se levantó de su asiento, le otorgó una sonrisa dulce a Lucrecia y comenzó a alejarse hacia el muchacho que la recibió con una sonrisa radiante para dirigirse al coche del moreno de ojos azules. Lucrecia bufó con desagrado, notando aún a esa distancia como los ojos azulados de Polo y su sonrisa emanaban un brillo especial que sólo aparecía cuando Olivia estaba junto a él.

LATIN BLOOD - ELITE [descontinuada]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang