Capítulo 1

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-¡Deberíamos ir a golpearlos! -La repentina sugerencia de Kihyun logró hacer reír a los otros 6. Todos se encontraban en una pequeña casa recientemente abandonada algo lejos de sus hogares, su lugar favorito para reunirse. El acogedor sitio ya tenía su esencia con nuevos sofás que ellos se habían encargado de limpiar y restaurar; bolsas de comida chatarra tiradas por cualquier lado en la sala y hasta una pequeña televisión antigua que Jooheon se dispuso a traer.

-No creo que esa sea una buena idea, ya tuvimos bastantes problemas. -Shownu, el mayor, negó, y los demás asintieron en silencio. Él tenía razón, de varios conflictos habían sido ellos parte recientemente. El último siendo el "rescate" de una dulce chica, quien fue asaltada y molestada por un grupo de maleantes que destruyó su pequeña tienda.

-Además, desde que asumió el nuevo presidente, hay policías por todas partes. Si hacemos algo mal, podríamos meternos en serios problemas. -Un preocupado Hyungwon se incorporó a la conversación, tirando su corto cabello negro hacia atrás y sentándose en el sofá junto a Minhyuk.

-Oh, vamos. Tu papá está metido en esos rubros, Chae. -Rió el peliblanco, sabiendo lo mucho que le molestaba que lo llamaran por su apellido. -Él podría sacarnos de la cárcel si le rogamos un poco.

-¿Bromeas? Mi padre odia que esté con ustedes. Y mucho, de verdad. Si es por él, nos podríamos pudrir en la cárcel para siempre. -Un triste suspiro se escapó de sus labios, pensar en aquello le había bajado repentinamente el ánimo, y su mejor amigo lo notó.

~🍃~


Minhyuk, Kihyun, Hoseok y Changkyun tuvieron que irse al cabo de unas pocas horas. Sus familias, aún funcionales y con cariño por entregar, los llamaron. Los demás nunca podrían entenderlo, ya había pasado bastante tiempo desde la última vez que uno de sus conocidos se preocupó por ellos.

El trío restante tenía ventaja, todos vivían en una zona rural bastante tranquila, de aquellos lugares donde todas las personas se conocen entre sí y notan rápidamente cuando alguien nuevo llega de visita.

El cielo estaba despejado, la temperatura se encontraba levemente más elevada de lo normal y el pelinegro, el moreno y el castaño se divertían comentando cosas aleatorias.

-"¡No, no! Por favor, no se lleve nuestra mercancía..."

El tono desesperado y asustado de un hombre mayor se escuchó a lo lejos. Jooheon entrecerró los ojos, dejando a la vista una clara expresión de enojo-curiosidad al sonarle familiar la voz. Ni siquiera hicieron falta indicaciones, ya que los tres se dirigieron al sitio de donde provenían aquellos comentarios, llevándose una gran sorpresa cuando se dieron cuenta de lo que sucedía: el señor Yeong-su y su acompañante, Yong-min, estaban siendo atacados por policías armados que intentaban clausurar su pequeño puesto callejero de zapatos.

-Hey, hey... -Jooheon fue el primero en reaccionar -como casi siempre-, demostrando una vez más su esencia de líder. Se acercó con completa tranquilidad al puesto, alejando a las autoridades de los señores mayores. En su rostro ya no se encontraba huella alguna de una mala expresión, tan sólo una clara cara de póker. -No pueden hacer esto, ¿Desde hace cuánto se les ha prohibido a estos hombres vender?

-Será mejor que no se interponga, joven, estamos haciendo nuestro trabajo. No queremos usar la fuerza.

-¿Usar la fuerza...? -El de mayor edad se incorporó, confundido, debido a la mala forma con la que hablaron, y se puso finalmente al lado de su amigo. Seguido, levantó su mano simulando un arma con ella y los apuntó. -¿Acaso usarán sus armas?

-¿Dispararán? -Jooheon volvió a hablar y, sin siquiera titubear, tomó la punta de la pistola de uno de los policías, llevándola a su cabeza. Portaba una sonrisa burlona en el rostro, sabía que no podían hacerle daño y que su valiente actitud les demostraría que no estaba jugando en lo absoluto.

Uno de los agentes agarró a Shownu de la muñeca con fuerza y lo obligó a bajar la mano, obteniendo un quejido de su parte. Su ceño fruncido junto con los labios levemente apretados demostraban cuán enojado estaba por lo sucedido, el moreno no iba a soportar que las autoridades lo tratasen así. Iba a quejarse, pero Hyungwon intervino rápidamente.

-Haz el amor, no la guerra. -Aquella célebre frase hippie recibió toda la atención, logrando que posaran sus miradas en él. El joven se veía calmado, llevaba una dulce sonrisa en el rostro y una flor azul en la mano que lo hacían ver como alguien incapaz de meterse en cualquier tipo de problemas. Al acercarse, posó sus labios sobre los delicados pétalos de la flor, regalándole un tierno besito. La guardó con cuidado dentro del bolsillo de uno de los policías y volvió a sonreír muy, muy levemente.

-Váyanse, no los necesitamos aquí. -El líder por naturaleza habló, relamiendo sus labios cuando apuntó hacia un costado, en señal de retiro. Uno de los agentes miró a sus compañeros, asintieron todos y soltaron al mayor, listos para irse.

-Ya comprendemos por qué tu padre siente vergüenza de ti, Chae. ¿Qué tan feliz se pondrá al enterarse de esto? -El pelinegro se congeló repentinamente al procesar lo que aquel policía había dicho. ¿Cómo sabían quién era? ¿Serían ellos capaces de contárselo a su papá? ¿Qué diría él al respecto?

Sin importar lo asustado y preocupado que estaba, su expresión no cambió en lo absoluto y, una vez retirada la autoridad, se dio la vuelta, preguntándole con gentileza a los vendedores si se encontraban bien. Jooheon, con algo de duda de si aquello que le dijeron lo afectó, sólo alcanzó a rodearle los hombros con su brazo y pegarlo un poco a él en un amistoso gesto. "No les hagas caso" susurró en su oído, sin recibir respuesta.

~🌿~

Dos días pasaron desde el incidente que tuvieron los tres jóvenes y, sumado el hecho de que no les importó mucho, ya lo habían olvidado sin esfuerzo (o al menos la mayoría).

Los 7 se encontraban nuevamente juntos, como cada tarde, pasando el tiempo en algún lado de aquel familiar y tranquilo pueblo que ellos tanto amaban. Todas sus risas, chistes y comentarios cesaron repentinamente al ver que el padre de Hyungwon se acercaba a ellos junto con otros hombres y con bastante mala cara, logrando que el pelinegro se pusiera cabizbajo por algunos segundos.

-Hyungwon, vamos a casa. -El papá habló y el nombrado se levantó cuando fue llamado, pero no precisamente queriendo aceptar la orden.

-Papá, iré más tarde. Con los chicos querí- Un seco golpe en la mejilla del menor resonó con fuerza, y él sólo volvió a bajar la mirada sin decir nada.

-He dicho que iremos a casa. -Su tono de voz firme, violento y alto asustó un poco a los demás, que miraban sin siquiera hacer ruido al respirar. El hombre tomó del brazo a Hyungwon, hundiendo rudamente los dedos en la piel de su hijo para ponerlo al lado suyo. -¡YA!

-E-está bien... -Susurró para sí mismo, queriendo más que nada en el mundo dejar de sentir el dolor que le causaba el agarre. Le regaló una última mirada triste a sus amigos antes de ser llevado, casi a la fuerza, de vuelta a su casa, donde su papá le tendría un castigo por haber desobedecido a quien no debía.

Minhyuk fue el que se vio más afectado de todos ante aquella situación; el ceño se le quedó fruncido y su boca medio abierta, sin poder creer lo que había visto. Le dolió el pecho al ver cómo de mal lo trataban, era la primera vez presenciando al padre de Hyungwon tan enojado y sacado de sus casillas. Momentos después, el peliblanco miró a los demás en búsqueda de aquel valiente que se anime a hablar primero.

-Creo que lo castigarán. -Comentó Changkyun, el menor, queriendo romper el tenso ambiente.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2019 ⏰

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