Parte VII: La fuente de la purificación y del conocimiento

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—Mira, Sarys. Ya hemos llegado...

Efectivamente.

Delante de nosotras se encontraba una puerta muy antigua y en su marco, hecha de mármol blanco, había runas arcaicas de un idioma extraño para mí, que según puedo intuir que podía ser lengua eldaryana muy primitiva. Toque esas letras eldaryanas con mi dedo índice.

Al instante, la puerta se abrió con un chirrido espantoso, como si hubieras estado cerrada hace siglos.

Floppy y yo nos miramos y nos dirigimos hacia la puerta y entramos por ella.

La sala era circular y en el centro estaba la fuente.

Toda majestuosa.

De ella salían reflejos azulados. Me acerque un poco y el agua se veía tan cristalina que se podía ver el fondo de la fuente. «No era demasiada profunda»

Quería acercarme más a la fuente, pero un campo de fuerza me impidió pasar.

Después una voz se hizo presente en la cámara y la puerta, en donde entramos Floppy y yo, se cerró de pronto.

—Ahora que has encontrado lo que buscaba, joven guardiana, pero aún te queda algo por resolver para coger el agua de la fuente.

Me giré y me encontré cara a cara con un hombre. Aunque no es un hombre común por su apariencia, porque llevaba alas en su espalda y en su cabeza cuernos de ciervo, pero la cara es la de un hombre, con los ojos dorados como un sol radiante y el cabello blanco como la nieve.
.

 «¿Será un silfo?», pensé en el primer ser mítico que me vino a la mente.—Kyros, viejo amigo...—gritó de alegría Floppy y se dirigió hacia ese ser.

—¿Kyros? —Ese nombre le lo había oído antes. ¡Ah, claro! Ya me acuerdo, es el árbol milenario del bosque que nos ayudo con las plumas de los Alfelis.

—Floppy, ¡cuánto tiempo sin verte! ¿Dónde has estado para no verme?

—Lo siento, estuve ocupada...—La musarosa se disculpó.
«Es decir que Valkyon no la dejaba salir», dije para mí misma, mirando a Floppy que se había posado en el hombro de aquel ser. «Se ve que son grandes amigos»

—¿Usted es el guardián que vimos en el bosque transformado en un árbol milenario?

—Sí; pero, en realidad, soy un espíritu de la naturaleza, que me puedo transformarme en cualquier elemento elemental, y además soy protector de esa fuente que ves a tu derecha, la fuente de la purificación y del conocimiento...—«Es lo que me contó Floppy antes, aunque se le olvido que la fuente poseía conocimiento.»

Kyros me siguió contando que muchos antepasados venían aquí para purificar sus atormentadas almas tras una guerra. Pero con el paso del tiempo, las guerras acabaron y los antepasados faéricos abusaban mucho de la fuente. Así que los cinco guardianes de este bosque decidieron sellar la cueva, hasta la llegada de nuestro grupo y de Askhore.

Entonces Ashkore estaba por las flores de Alstroemeria o por la fuente «¿Sabía él que existía una fuente del conocimiento?. Creo que no, porque buscaba lo mismo que nosotras», me contesté a esa pregunta, pero otras más extrañas, como esta «¿Cómo sabía Eweleïn de la existencia de esa fuente? Puede ser dos opciones que alguien le dijera donde se encontraba la fuente o fuese manipulada. Creo que la más idónea es que alguien se lo haya dicho», me contesté otra vez a mí misma—. Entonces, ¿fuiste tú el que provocaste ese cierre de la puerta cuando estaba en la sala de alquimia haciendo la poción? —pregunté en voz alta sin darme cuenta.

Mi pequeño accidenteWhere stories live. Discover now