Parte V: Charla hasta el amanecer

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Todas mis compañeras se habían levantado y se dirigían hacia nosotras.

—¿No se lo dijiste? —me preguntó Eweleïn, con una ceja alzada, mientras que yo capté su pregunta a lo que se estaba refiriendo.
No dije nada, solo hice un movimiento negativo de cabeza.

—¿Qué nos tenía que contar? —preguntó Shana y en su cara se reflejaba la curiosidad, aunque también se vio la preocupación y un poco de decepción por no haberlo contado. Eso pasaba en las expresiones de todas mis compañeras.
No me quedaba más remedio que contarlo.

—No ha sido desconfianza en no contarlo, sino que no quería preocuparlos

—No importa que misión en la que estemos o que guardia pertenecemos—comenzó a decir Nadiane y barrió con su mirada azulada a cada guardiana que estaba presente en ese claro—, pero lo único que tengo en cuenta es que siempre los lazos de la amistad estarán ahí para ayudar a una amiga de la guardia o misión que sea.

—Así se habla, pirata Nadiane. Iba a decir lo mismo.

—Es lo que pienso, capitana—le sonrió, mientras su mirada estaba puesta en mí —. Si esa guardiana tiene un problema de la envergadura que sea, pero siempre tendrá mi apoyo en lo que haga falta.

—El mío también —dijeron todas a la vez.
Las palabras de Nadiane me conmovieron tanto y tenía razón. Nunca debí guardar lo que me estaba pasando, ya que casi todas nos conocimos hace dos años en la sala de alquimia, salvo Shana que la conocí en la biblioteca haciendo un trabajo de Historia de Eldarya.

—Gracias, chicas.

—De nada, Sarys, pero queremos una recompensa por tu parte —dijo Nadiane con una sonrisa traviesa en la boca

—¿Ah, sí? ¿Qué recompensa se trata? —pregunté curiosa

—Cuando se pase esta misión, nos tienes que invitar a todas a un buen trago de cerveza.
Me quede con la boquiabierta y mirando a Nadiane, hasta que Elsha hablo:

—No, mejor una absenta, que quiero saber cómo sabe nuestra bebida.

—Yo también me apunto contigo, Elsha —se anotó Heath, dándole una suave palmada en el hombro de su compañera.

—Chicas, no es un poco fuerte... —empezó a decir Nadiane, que estaba sorprendida de las dos guardianas absentas que querían beber una bebida tan fuerte, como es la Absenta.

—Pues yo no soy partidaria de emborracharme, así que prefiero algo más suave, como por ejemplo un hidromiel. —dijo Phi

—Yo también a favor del hidromiel

—Igual que Izula y Phi —concordó Shana.

—¿Y tú, Sarys? —me preguntó Nadiane.

—Yo me quedó con el hidromiel.

—¿Es que nadie quiere una cerveza para que no me quede solita tomándomela? —preguntó Nadiane en forma de puchero

—Me uno a la cerveza, Nadiane

—Gracias, Straxia. Chócalas esos cinco, compañera de armas— Nadiane y Straxia chocaron las manos y prosiguió Nadiane—. ¿Nadie con la cerveza?

—Todavía seguimos con Absenta, ¿verdad, Elsha?

—Si, Heath, hasta el final...

—Cerveza

Mi pequeño accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora