CAPÍTULO 14: ¿OTRO AMANTE?

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Por desgracia al llegar a mi apartamento vi que salía agua por la puerta, entré rápido y encontré a Edward, Mike, James y hasta al vigilante tratando de controlar una fuga que salía del baño.

–Por Dios, ¿Qué pasó aquí?– grité.

–Bella, no entres— me dijo Mike que sólo estaba inclinado ante una cubeta, Edward en el piso completamente empapado, James con una llave grande tratando de poner una nueva cañería y el vigilante llevándose dos cubos de agua llenos.

–Se rompió la cañería señora– dijo el vigilante.

–Tranquila Bella, creo que la alfombra se echó a perder pero Jessica se encargará de eso– me sonrió Mike.

– ¿Jessica?– le pregunté sorprendida.

–Si amor, ya firmé los papeles. Hablaré con la gerencia del edificio para que ella pueda quedarse aquí cuando nosotros nos vayamos– casi de inmediato mis ojos fueron directo a Edward, su ceño fruncido y su mirada furiosa me aseguraba que la noticia le caía peor que a mí.

–Hablaremos de eso luego. Yo aún no te he dicho que regresaría a Florida– le dije y caminé hacia la cocina.

Nuestro departamento quedó hecho una laguna, así que nos asignaron uno en el piso inferior, dónde antes vivía Lauren.

Ahora ya no tendría al vecino más sexy del mundo. Una lástima.

Casi no costó cambiarnos de apartamento porque entre Edward, James y el vigilante lo hicieron muy rápido. Mike como siempre solo estorbaba

No quería ser dura con Mike pero iba a ser firme en mi decisión.

—Bella, sé que no te lo dije antes pero era una sorpresa. Pensé que estarías feliz de volver a casa— empezó con su s excusas

—Ese es el problema Mike. Piensas por mí. ¿Ya ha pasado cuanto? ¿4 días desde tu ataque? No quiero que recaigas pero tampoco voy a aceptar algo que no deseo. Yo no me iré de Jacksonville.

— ¿Entonces quieres quedarte? Bueno, podemos comprar una casa, este edificio no me agrada, mañana mismo llamo a un corredor inmobiliario— ofreció

—Mike. Te dije lo que pensaba hacer… yo…

—No digas nada Bella por favor. Sé que soy una mala persona, que te ato a mí. Debo ser una carga muy pesada de llevar. Tienes derecho a ser libre pero aun no… no me dejes ahora— sus ojos se llenaron de lágrimas y mi voluntad cedió un poco.

—Permaneceré un tiempo contigo pero la separación es inevitable. Lo lamento. Mandé a que me consiguieran una cama extra, voy a dormir en otra habitación— dije con firmeza.

—No tienes porque. Apenas te molestaré, siempre hemos dormido en la misma cama. Isabella— parecía devastado. Por hoy estaba bien, no quería que recayera, las condenadas pastillas debían esperar, si lo seguía presionando podría volver a darle otro ataque.

—Es lo mejor— dije saliendo hacia la puerta al escuchar el timbre.

La abrí de golpe. James traía la cama extra que le pedí.

— ¿Dónde la pongo señora?— preguntó mirándome más de la cuenta.

—Sígame— lo guié hasta una habitación pequeña al lado de la cocina. Allí sería mi nuevo dormitorio, mientras arreglaban el departamento. Si es que no me iba antes.

¡Como quisiera salir corriendo de aquí o dejar que Edward me lleve muy lejos!

—Listo señora— dijo el nuevo conserje, era algo extraño, tenía el cabello rubio largo, amarrado en una coleta pero sus ojos daban miedo.

El Conserje -Terminado-Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt