—Me complazco en ser tu humilde anfitrión.

La magia que los envuelve en la misma dimensión se asienta sobre sus hombros como una manta.

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2.

No siempre había sido un escritor famoso, con una editora corriendo detrás de él, un hogar propio, economía estable, Jin GuanYao. Todavía en sus sueños lo plaga su vida pasada, su antiguo nombre, su madre. Es una hipocresía moderna admitir que todo esfuerzo es buen esfuerzo o que todo camino que te lleva a Roma es bueno. A menos que seas bendecido por Niké, tu esfuerzo siempre será bajo y vulgar, síntoma de tu mediocridad o tu mala estrella.

Meng Yao nació bajo estrellas encontradas; un destino trágico.

Una existencia en la que su madre debe cuidarlo tras bambalinas de un club de Caballeros, en la que trabaja de "asistente de limpieza" después de la escuela, en la que debe aguantar los golpes de los otros niños para no ser "ese niño".

Ese niño que evitan porque "no vaya a ser que..."

No vaya a ser que deje manifiesto su discriminación ante un inocente.

Ese niño que tiene una vida "problemática".

Problemático que en su escuela aceptan el dinero "sucio" para el pago de colegiatura.

Ese niño que deben tolerar porque tiene una madre "extraña".

Extraño que nadie pudiera explicarle a un salón de clases que nadie escoge de quién es hijo.

Y de todas maneras, en cualquier vida, Men Yao hubiera escogido ser hijo de la misma mujer.

Meng Shi es una mujer bella y culta, atorada en un espiral de malas decisiones que no pudo escoger por sí sola. A veces nadie se da cuenta sobre la inercia del destino; tantas decisiones previas, ajenas, afectan a un inocente. Meng Shi fue despojada de la casa de sus tíos por que el Señor de la casa la acusa de seducirlo cuando la Señora de la casa lo encuentra con ella, una muchacha de 17 años, llorando en la cama que había visto mil horrores, la muerte de la inocencia, desde hace tantos años.

Una cosa lleva a la otra, dicen. Así llega Jin GuanShan a su vida. Y aunque gracias este trabajo y ese cliente ella salió adelante.. Un hijo no es algo de lo que "sales". No para Meng Shi.

En su lecho de muerte, la madre acaricia el rostro del hijo y dice: "Nunca fuiste un medio, hijo. Siempre esperé verte convertido en un esplendoroso fin."

Después de eso, Meng Yao, sin apellido, sin madre pero sin miedo, sale adelante.

El esfuerzo de su madre no fue en vano: termina la escuela obligatoria y logra entrar al programa de becas de una de las mejores universidades del país. Se gradúa con honores. Conoce a su antiguo jefe. Su ex.

No puede decir que fue su mejor idea, pero no es hasta que conoce a Nie MingJue que su karma empieza a reaccionar.

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3.

—Me alegra verte sano y salvo, A-Yao. Te veías pálido la última vez...

El castaño sonríe, juguetón.

—Me llenaste de color, ZeWu-Jun. ¿Cómo podría mi cuerpo rechazar tanta generosidad?

El zorro se sonroja, solo un poco; su sonrisa refleja la del humano frente a él.

—Siempre sabes expresarte tan bien, A-Yao. Apuesto que los pasajes de tu novela son como pinceladas de acuarela.

El joven escritor desvía la mirada, sus manos se juntan frente a él.

—No sé si puedo aceptar tan alto cumplido— le dice sin mirarlo, sin embargo no resiste no voltear a ver su reacción. Su rostro es uno divertido y le dice—. Nunca puedes verme cuando mientes. Tú sabes tu valor, A-Yao. Es una de tus más interesantes cualidades.

Fictober XiYaoWhere stories live. Discover now