Nuestro Amor Prohibido.

El Compromiso.

El balcón de mi habitación era el único lugar donde podía fumarme un cigarrillo sin que nadie me molestara, este era el único hábito que seguía conservando aún después de tres años lejos de mi antigua vida. Allí sentada vi la limusina acercarse lentamente a la entrada de la mansión Smith por lo que apague el cigarrillo y salí de mi habitación para recibir al invitado de esta noche.

Lo siento por no presentarme, mi nombre es Amber Smith, si Smith, la hija del primer ministro y futuro presidente de esta nación (Claro si es que lo eligen) Jhonathan Smith y de la directora de la cámara de comercio Ashley de Smith dos figuras importantes de la sociedad y por las cuales he estado atrapada viviendo una vida que no es la mía y esta noche aceptando un compromiso con un hombre que no es para mi.

Si cuando lo conozcan van a odiarme, pensaran que es el chico indicado y el hombre perfecto para cualquier mujer, pero la verdad es que..........  no, olvidenlo, no tengo nada negativo que decir de él, el problema soy yo.

Baje las escaleras con mi vestido negro corte corazón, las sandalias plateadas y el cabello rizado hasta la cintura, estaba perfecta para la noche más importante de mi vida. Justo cuando pise el último escalón para llegar a la planta baja Sonia, nuestra sirvienta, abrió la puerta y pude verlo, allí de pie se encontraba mi futuro prometido, Santiago Miller, importante hombre de negocio recién graduado en la universidad Central y socio de su padre en las empresas miller de telecomunicaciones y moda.

¿Su físico? Chico alto de unos 1,75, ojos azules, pelo castaño y una sonrisa perfecta. Cuerpo formado ya que era un excelente deportista, en la universidad había formado parte de la selección de fútbol, pudo haber sido un jugador de la FIFA pero el decidió irse por los negocios. ¿que qué tiene de malo? pues nada, su único defecto es ser mi novio.

-Gracias Sonia- Dije llegando para sostener la puerta yo misma-Ya puedes retirarte y que tengas buena noche.

-Buenas noches señorita-Dijo saliendo de la estancia y perdiéndose en la casa.

-Estas hecha toda un princesa mi amor-Intervino Santiago dándome un corto beso en los labios.

-Es por una ocasión especial-Sonreí- Feliz segundo aniversario.

-Santiago me abrazo tan fuerte que creí que me dejaría sin aire y me susurro al oído- Feliz segundo aniversario princesa- Me soltó y tomó mi mano para salir a la oscuridad de la noche, en el porche nos esperaba una lujosa limusina negra con la puerta ya abierta- Sube que esta noche será mágica.

Con esas últimas palabras subió tras de mí en el auto y este arrancó, el viaje fue silencioso para mi, el estuvo hablándome de los nuevos clientes de la empresa y de lo maravillosa que sería la noche, se le veía feliz, radiante, enamorado y la verdad eso me partía el alma. Sin darme cuenta  ya estábamos aparcando y cuando baje del auto lo vi.

El gran Hotel Silver, con sus ventanas de cristal y su lujosa decoración. No podía creer que estaba allí de nuevo, desde que regrese a casa hace 2 años y medio había evitado a toda costa venir aquí, este lugar me recordaba el porqué seguía siendo esclava de los deseos de mis padres.

Santiago me tomo de la mano y entramos, el candelabro de la recepción seguía reflejándose en el suelo, el cual brillaba con las luces, las paredes ahora eran de un color salmón y el espacio seguía oliendo a jazmín. Estar allí si que me había quitado el hambre, sin embargo mi novio me guió al restauran del hotel, había reservado una mesa en la terraza con vista al lago que dividía nuestra ciudad en dos sectores totalmente distintos.

Debo admitir que se había lucido, el lago Polizzi estaba especialmente hermoso esa noche, y la reservación que él había hecho debió costarle unos cuantos miles de dólares además de un mes de anticipación.