Capítulo uno.

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1960

Una mañana más, el despertador de Elena sonaba a las ocho en punto. Tenía varios rizos en la cara por lo que se le dificultó abrir bien los ojos. Se movió cómo pudo a la derecha dónde se encontraba el artefacto y, estirando su brazo apagó el despertador que sonaba con potencia.

No era una buena mañana. Era lunes, en su ventana asomaba el sol radiante, era su primer día de clases, empezaba tercer año, y lo único que rondaba en su cabeza era si los compañeros que iba a tener serían buenos, o al menos respetuosos con ella.

Siendo analíticos, Elena tenía dinero, pero no le agradaba que traten de aprovecharse de ella sólo por eso, lo único que quería era alguien con quién hablar y compartir secretos y cosas divertidas, cómo siempre, cosas de niños.
Se levantó de la cama dirigiéndose directamente al baño, prendió la luz y al ver de golpe una inmensa claridad hizo que sus ojos llorasen, no se acostumbraba todavía.

Miró su reflejo en el espejo, su cabello rizado no favorecía en nada. Quizás necesitaba ducharse para mejorar el aspecto. En otro lado de la casa, o más bien, al lado. Jacob estaba cepillándose los dientes.Su madre había preparado la ropa de su colegio y sus utiles. Se sentía asustado. ¿Y si se burlaban de él sólo por no tener dinero? A veces se preguntaba en las noches si se podría cambiar eso. Y a veces lloraba.

Al terminar de cepillarse los dientes, salió con sus cosas y fué a la casa de su vecina. Golpeó tres veces y espero. Y espero, y espero.Hasta que le abrió su madre.
—Pasa, Jacob, Elena se está duchando.— Abrió el paso para que el contrario pasara. Éste se sentó en el sillón a esperarla. —¿Tarda mucho bañándose, sra Davis?— Preguntó. —Realmente no, pero debe ser porque quiere dar una buena impresión.— Respondió la señora, pasándole unos malvaviscos y una taza con té. Luego de una charla, bajó Elena.

Jacob contempló los rizos de aquella, su cabello castaño llegaba hasta un poco más bajo de sus hombros, también se quedó mirando sus ojos. Sus ojos eran de un color marrón/verdoso claro. Le fascinaba, se quedaría mirando sus ojos por horas si era necesario. La saludo con un beso en la mejilla y partieron hacía la escuela, que no quedaba a más de tres cuadras de su barrio.

Al parecer, el día iba a ser largo.

Y demasiado.

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⏰ पिछला अद्यतन: Oct 03, 2019 ⏰

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