"Puede que en todo este tiempo nunca llegue a sentir algo así, puede que mis ideas frías del pasado se hayan ido, puede que esta haya sido la mejor versión mía en mucho tiempo."
Mis días eran comunes, rutinarios, de esos que al despertar solo te encuentras a ti mismo varado entre un trafico de pensamientos y una carga pesada de ideas que sueñas pero sabes que son muy poco probables que pasen. Días en los cuales los ánimos son peores a un lunes a las 5 de la mañana. Días donde levantarte con el pie derecho es tu única esperanza para que esas semanas no sean tan pesadas... Esos fueron días que viví yo.
Mas allá del estrés en la facultad y enfermarme constantemente por ello, tenia un humor demasiado malo, era de aquellas personas que no les gustaba oír y solo hablar. Conocía a alguien, me parecía interesante en su momento pero pasado los días simplemente dejaba esa atención que tenia y olvidaba todo. Eso me paso muy seguido, me quejaba de que no llegaba nadie cuando quizás tenia la oportunidad y, yo solo la desaprovechaba...ni yo sabia lo que quería.
Siempre oí aquel famoso dicho: "Todo pasa por algo" o el típico "algo mejor vendrá" y a veces soltaba una carcajada cuando escuchaba aquellas frases, nunca creí en escritos, ni en versos, ni historias de amor, era el típico chico que solo vivía para el y para nadie mas, que se enfocaba en su mundo y creía que eso era lo mas importante, el hijo único que creía tenerlo todo.
Era un niñato en un cuerpo de adolescente, constantemente me pongo a pensar en las cosas que hacia y me pregunto ¿Como pude haberlas hecho? Los caprichos y majaderías que tenia, eran la respuesta.
El tiempo pasaba, cambie algunas actitudes, creo que empezaba a madurar, aquella soledad ya no me mortificaba, es mas, me fortalecía. Aprendí que con la soledad disfrutamos de uno mismo y es muy difícil verlo de esa forma, porque nos enseñaron a acompañar pero no a vivir en soledad. Aprendí a meditar en la soledad, ya que es un actividad que no podía hacerla frente a los demás.
Llego el momento donde gracias a todo lo mencionado nacieron bellas preguntas: ¿Quien soy? ¿Que quiero? ¿Que haré? ¿ Como? preguntas que uno siempre se hace o imagina.
En la vida me enseñaron a pedir disculpas pero meditando solo aprendí a aceptarlas. Se había dado lo que nunca creí que iba a pasar... el cambiar mi forma de ver las cosas, y sí, era otra persona.
