- Pues baja ahora que nosotros vamos a la ferretería.

Bajo de la camioneta, la cual solo se detiene unos cuantos segundos y entro al super mercado, tomo una canasta y voy hacia los pasillos, la razón por la que quiero comida es porque en la casa en la que estamos nuca hay comida y nadie compra ni hace el menor esfuerzo por hacer.

Voy entre los pasillos cuando un olor me pone alerta por lo delicioso que es, como almizclado, jazmín, no se describirlo muy bien pero se que es delicioso, me quedo en mi lugar sin moverme ni un poco y de pronto un hombre hermoso, que ya he visto antes pero en fotografía, la cual no le hace nada de justicia, aparece en el pasillo frente a mi, e inmediatamente se que el es el que desprende ese aroma.

Eso significa que el estaba en lo correcto, el es mi mate, mi otra mitad.

Se acerca a mi y me besa sin decir nada, sus labios conectando con los míos son lo mejor que me ha pasado en esta vida, no se ni como explicarlo, dejo caer la canasta al piso y llevo mis manos a su pecho sin importarme nada mas, en estos momentos lo único que me interesa es que este beso dure lo mas que se pueda. Sus manos en mi cintura me vuelven loca, pero loca en un buen sentido, quiero que las pase por todos lados. 

Eso sonó muy desesperado.

Se aparta de mi e inmediatamente le quiero de nuevo, me mira directo a los ojos y por un momento siento que lo sabe todo, pero eso es imposible, me vuelve a besar y correspondo mas que feliz al beso de nuevo. Y es incluso mejor que el anterior, estoy super feliz, él es real, esta aquí conmigo, sosteniéndome. En contra de mis deseos el se separa de mi pero puedo ver su felicidad y su orgullo.

- Así que hermosa, dime tu nombre y de donde vienes. - dice sin dejar ir mi cintura.

Con esas palabras mata parte de mi felicidad, pero recuerdo todo lo que el me dijo acerca de esas preguntas.

- Mi nombre es Daciana. - digo en voz baja poniendo mis manos en sus brazos - Y vengo de no muy lejos. - digo sonriendo y acercándome para tratar de besarle de nuevo a lo cual el no pone resistencia alguna.

Sus manos aprietan mi cintura de nuevo y quiero correr lejos de aquí con él, irme y que nadie mas sepa de esto, podríamos desaparecer. Deja ir mis labios y me mira con adoración, no me conoce en lo absoluto y ya me quiere y mentiría si dijera que no siento algo parecido. Tengo que corresponder eso.

- Tenemos que.... - antes de que sea capaz de terminar mi oración veo a Hal quien aparece en el pasillo justo en este preciso momento.

- Daciana llevo esperándote... - sus palabras se interrumpen al ver a Eros y por un momento el asombro toma su rostro pero de un segundo a otro desaparece para dejar lugar a su fachada. - ¿Quien eres tu?

Eros deja ir mi cintura y extiende una mano hacia Hal.

- Mi nombre Eros señor. - dice mientras estrechan manos. - ¿Y usted es?

- Soy Hal, su padre. - dice Hal algo duro. 

- Pues tengo la sensación de que nos vamos a ver muy seguido.

- ¿De que esta hablando, Daciana? - dice Hal con fingida confusión.

Trago el nudo que se esta formando en mi garganta y obligo a las palabras a salir.

- El es mi mate papá. - digo viendo hacia el suelo.

Escucho el sonidito de sorpresa proveniente de Hal y se que viene la fingida felicidad.

- Oh por Dios, él dijo que pasaría. - dice casi pegando un salto. - Llamare a tu padre. - dice sacando su teléfono de su bolsillo mientras se aleja de nosotros.

- Creí que él era tu padre. - dice Eros mientras devuelve sus manos a mi cintura.

El nudo se forma de nuevo en mi garganta.

- En cierta manera lo es. - digo bajando la mirada.

- ¿Te molestaría explicarme? - dice mientras lleva su mano a mi mejilla y me incita a elevar mi mirada y verle a los ojos.

- El es humano y no es mi padre por sangre. - digo recordando el libreto que tengo que seguir. - Mi madre murió cuando yo era un cachorro y después de eso mi padre se caso con Hal y desde entonces Hal me ha criado como si fuera su hija.

- Lo siento por tu madre. - dice con un poco de pesar. 

- ¿Te molesta? 

- ¿El hecho de que un humano te haya criado? - pregunta a lo que yo solo asiento con mi cabeza. - Claro que no, nada que venga de ti me molestaría. - dice mientras me da una tierna sonrisa y atrae a sus brazos para darme un abrazo.

Si tan solo supieras. Pienso mientras recargo mi cabeza en su pecho y dejo que me abrace.


Los Black (Segunda parte de Alpha)Where stories live. Discover now