i. ¿les das a tus juguetes un funeral vikingo?

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los patios eran enormes,
el living era enorme también,
o tal vez nosotros éramos diminutos,
y sacábamos energía de no sé donde
y no queríamos que nos mandaran a dormir.
ahora,
todos los perros de la calle son míos
y soy mejor diciendo la verdad que mintiendo
y esos chicos ya no pueden hacerme daño
y puedo discutir con papá
sin miedo a amenazar con devolver el golpe
aunque no pese mucho más que entonces.
pero ahora
que los muebles son chiquititos
y yo lento, pesado
(¿qué era eso de correr?)
ahora, que paso días enteros sin soñar despierto
no hay un día que caminando frente a una escuela
no te extrañe.

MARUCHAN Y TRISTEZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora