capitulo 7

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Dislaimer: Miraculous Tales of Ladybug & Chat Noir. Son propiedad de: Zagtoon, Method Animation, Toei Animation, SAMG Animation, AB Droits Audiovisuels y SK Broadband.

Advertencias: Lenguaje soez. Maltrato psicológico, físico y verbal. Gore, temática oscura y humor negro.

Adrián Akumatizado

...

Ese mismo día en la tarde, la policía metropolitana de la ciudad de las luces había acordonado la supuesta zona donde aconteció el siniestro que casi toda la población de una ciudad entera tuvo la desgracia de ver de manera gráfica en sus mentes gracias al akumatizado de turno. El Cuerpo de Investigaciones Forenses estaba en el lugar. Inspeccionando debidamente para dar fe de que el cuerpo que descansaba bajo una sábana negra en el suelo por donde aún se podía apreciar un sanguinolento escenario era, efectivamente el cadáver del Gato Negro de Paris. Ladybug no tardó en aparecer en escena como un destello rojo escarlata en el cielo. Aterrizo de forma espectacular luciendo una asfixiante aura de ira y convicción.

― ¡Ladybug! ― espeto uno de los oficiales encargados de detener el paso civil. Pues había una enorme aglomeración de gente rodeándolos, muchos eran simples civiles rogando con sus almas que ese cadáver no le perteneciera al héroe con tema de gato, otros eran reporteros de las más prestigiosas cadenas televisivas, nacionales e internacionales. Por favor si hasta la entrevistadora de CNN estaba en el lugar― Que bueno que llega― el oficial era un hombre de edad madura quien tenía reflejada mucha indignación en la mirada y bastante dolor ajeno. Si los habitantes de la ciudad estaban destrozados, no quería imaginarse como estaría la compañera de Chat Noir.

― ¿Me permiten el paso? ― articulo fríamente la heroína con tema de Catarina, el oficial a cargo bajo sumisamente la cabeza y la escolto hasta el acordonado, todos los efectivos la vieron pasar con una mescla de esperanza y terror en los ojos y es que la fuerza de Ladybug era casi palpable. La vieron abrirse paso entre los especialistas con guantes de látex que estaban tomando muestras en de redor. Obviamente ella estaba ahí para el reconocimiento del cadáver. Puede que ella no conociera la identidad civil de Chat Noir, pero había otros puntos clave que podían decirle si era el o no. Después de todo había muchas formas de confirmar la identidad de un occiso si este era irreconocible físicamente, ya sea por el estado de descomposición del mismo, desfiguración etc. Para eso estaban los registros dentales, análisis de sangre, la ropa con la que fue visto por última vez, marcas de nacimiento, cicatrices etc. En este caso particular, Ladybug se sabía de memoria cada cicatriz que tuviese el rubio al que llamase compañero de batallas.

Ladybug llego hasta donde la sabana negra cubría la cosa más horrible que ella hubiera tenido la desdicha de ver. Le aterrorizaba de sobre-manera comprobar que ese cuerpo fuera el de Chat Noir. Obviamente luego de arrebatarle el Miraculous este debería haber vuelto a su estado civil. ¿Así que esa iba a ser la forma de conocer el verdadero rostro de su mejor amigo? La vida era una maldita perra. La necesidad de salir de dudas y su sentido de la justicia para con Chat Noir la dominaban más que otras emociones en ese instante. Así que se armó de valor y descubrió la sabana.

Ladybug quedo más que impresionada cuando vio a un joven rubio bañado en su propia sangre, tenía la complexión física de Chat Noir, el cabello rubio alborotado que recordaba, los ojos verdes sin brillo y ahora casi lechosos que alguna vez le hubiera sacado mil sonrisas de seguridad y alegría...intento evitar ver al cuello. Efectivamente no reconoció el rostro que veía por primera vez. Pero las facciones imaginadas con una máscara negra le hacían creer muy dentro de sí que era demasiado posible que ese joven vestido de camiseta verde y jeans deslavados era, en efecto. Chat Noir. Reviso la mano donde solía llevar el anillo y la marca de un leve bronceado al quedar el anular derecho cubierto por una sortija se evidenciaba, además de revisar con mucho cuidado bajo su camiseta con ayuda del forense. Efectivamente encontró las heridas de batalla que recordaba haberle atendido de manera rudimentaria al Gato Negro. El forense corto parte del pantalón a petición de ella para ver si había más cicatrices en el muslo izquierdo, no hizo más que encontrar todo lo que ella no quería verificar. Sin más cuando tuvo suficiente se irguió firmemente y espeto un:

Adrián AkumatizadoOnde histórias criam vida. Descubra agora