Cap 6. Te quiero.

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Era una noche de lunes, en aquel bar se encontraba la joven Courtney, ahogando sus penas en el alcohol. No había muchos clientes, pues era un lunes como todos, normalmente los viernes, sábados y domingos es donde más gente iba al lugar a pasarla bien.

Se la veía bastante borracha y muy amenazante, a cualquiera que venga a molestarla o decirle algo que la incomode lo mandaría a la mierda. No estaba de bien humor. Sus problemas la agobiaban. Después de esa horrenda noche con aquél tipo, se levantó de ese frío piso luego de tanto llorar, se maquilló y con una gran sonrisa como si nada hubiera pasado, salió de allí a bailar en ese caño otra vez, ignorando la llama de ira que estaba en su interior.

__Oye mesero, traéme otra copa más, ¡Esto está muy bueno!

Exclamó la rubia para luego soltar una risita divertida, alzando su copa vacía.

El joven mesero la miró mientras secaba unas tasas y asintió con la cabeza. Se acercó a ella y le arrebató la copa para luego hecharle más Vodka, ese que le gustaba a la rubia. Una vez que la copa estaba llena se la extendió y la chica a cambio le dio unos billetes.

Le dio un tragito a la bebida y se quedó mirando un punto fijo en el lugar. Un poco de música de los 60's sonaba de fondo, haciendo ver el lugar acogedor. Se escuchaban las voces y risas de las demás personas en el lugar.

__I'll be the biggest dick that you ever had.
Hey, want it back?
You want it back?
You want it...

Cantó en un susurro, sonando sarcástica y con ira, pensando en la horrosora y humillante situación que pasó con aquél tipo la otra noche en el prostíbulo.

Siguió tomando su copa hasta acabarla, pasó unos minutos allí creando canciones, soltando algunas frases y creando melodías. Decidió irse y volver a casa, ya empezaba a sentir sueño y las piernas le dolían por los tacones.

__Adiós, ¡Nos vemos la próxima!__Se despidió la rubia, con los ojos rojos a causa de los cigarros y el alcohol. El mesero murmuró un "Adiós, cuídate" para seguir con su trabajo.

Al estar en la calle acomodó su tapado con corderoy, era calentito y cómodo. El aire hizo que su cabello se desparrame un poco y le molestara la vista, lo quitó maldiciendo por lo bajo. Caminó unas cuadras mientras se abrazaba a sí misma y hacía resonar sus tacones. Las luces de los faroles iluminaban las calles, haciendo verlas lindas.

Se detuvo en un banco que había por allí y se sentó en él, esa zona estaba algo solitaria. Sabía que quizás era peligroso estar allí sola, pero sólo sería por unos minutos, el dolor en sus pies por los tacos la estaba torturando. Se sacó los tacones y los dejó apoyados en el suelo, movió los dedos de sus pies, las uñas de éstos estaban pintadas de rojo.

Se relajó un poco y apoyó sus codos en sus rodillas, mientras sus manos estaban apoyadas en sus mejillas. Empezó a llorar en silencio, por muchas cosas, a veces necesita un poco de ayuda pero no tenía a nadie que sea cercano en quien confiar de verdad, sólo a su amiga Kat Bjelland, pero ésta se habia mudado a otra cuidad. Se hacían llamadas de vez en cuando y charlaban durante horas, se querían mucho, como si fueran hermanas.

Estuvo un ratito allí y cuando iba a largarse, alguien se sentó a su lado. Se tensó un poco y miró a un costado suyo, era el rubio que le provocaba suspiros...

__Oh, Kurt... tú, ¿Tú qué haces aquí?__Peguntó la joven algo sorprendida por verlo allí.

Kurt le sonrió un poco y se acomodó mejor en el banco.

__Acostumbro a pasear por algunas calles cuando estoy aburrido y no logro dormir. Te vi desde lejos y pensé en que quizás podríamos hablar de nuevo.

El chico del suéter✔|Kurtney Where stories live. Discover now