Destino o Casualidad.

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La música estaba a un volumen tan alto, que apenas podía escuchar a su amiga hablando a su lado cuando entró al club esa noche. Chloe caminaba unos pasos atrás, buscando una buena razón para huir de esa fiesta donde pensó que jamás encajaría, pero Aubrey no la escuchaba, y si lo hacía, lo disimulaba muy bien. Chloe creía que su ropa no estaba a la altura, y tampoco lo estaba ella. Eran personas con dinero, de una clase social completamente diferente a ellas, y le incomodaba la situación. Pero Aubrey estaba allí, y no saldría por nada en el mundo, así que debía hacer un enorme esfuerzo por encajar.
La pista de baile estaba llena, por lo que era imposible cruzar hacia el lado de la barra de tragos sin chocar a todos. Aubrey tenía un objetivo en mente: la muchacha de vestido azul al otro lado del lugar. Alta, cabello castaño claro, bonitos ojos, sonrisa eterna, y los pasos de baile más sensuales en todo el mundo. Chloe pidió un trago y se sentó frente a la barra, mientras su amiga por fin se había animado a sacar a la pista a la misteriosa mujer de una altura envidiable.
- Stacie me envió a rescatarte.
La voz de quien le estaba hablando la sacó completamente de sus pensamientos. A su lado, una mujer de baja altura, le estaba hablando. La música estaba tan fuerte que necesitaban gritar para poder escucharse.
- ¿Perdón?
- Stacie es mi amiga, la que está bailando con tu amiga por allá.- señaló a Aubrey y Chloe entendió todo.- Me envió a rescatarte. Al parecer le agrada mucho tu amiga y piensa dejarme sola el resto de la noche.
- Bienvenida a mi mundo. Soy Chloe, por cierto.- estiró su mano para saludarla y el contacto con la piel de la mujer la hizo sonreír por algún motivo.
- Beca. Beca Mitchell.
- Por Dios, no te reconocí.- la pelirroja se sorprendió cuando escuchó su nombre, y provocó una risa en la actriz.
- No tendrías por qué. Soy apenas una actriz de pequeñas producciones.
- Pequeñas producciones no significa malas producciones.
- Aceptaré el cumplido. Dime, Chloe, ¿quieres quedarte? ¿O quieres salir de aquí tanto como yo?
- Definitivamente quiero salir de aquí y dejar de gritarte como si estuviéramos peleando.
- Ven por aquí.
Chloe siguió a Beca hacia un costado de la barra de tragos, entraron por una puerta pequeña y se encontraron en un callejón.
- Creo que aquí podemos hablar sin gritar.- dijo Beca, y Chloe sonrió.- Debo decir que no soy muy fan de esas fiestas.
- Te entiendo. De no ser por Stacie, estaría tirada en mi cama, mirando alguna película.
- Conozco un lugar donde podemos pasar el rato hasta que alguna de esas dos amigas nuestras deseen volver a casa. ¿Quieres venir?
- ¿Y salir de aquí? Claro que sí.
Era raro que Chloe accediera a salir de un lugar con una desconocida, pero por alguna razón confiaba en la muchacha. Además la fiesta no era para ella. Y no porque no amara las fiestas, sino porque se sentía incómoda en medio de todas esas personas. Así que decidió seguir a Beca por unas cuantas calles, mientras hablaban de cosas sin sentido y trataban de brindar algunos datos para no sentirse como dos extrañas. Entraron a lo que parecía un bar cerrado, y Chloe se sorprendió al ver que efectivamente las sillas estaban sobre las mesas, todo estaba aseado, y las luces apagadas. No recordaba si Beca tenía llaves en sus manos, y si había simplemente empujado la puerta. Había estado demasiado ocupada enviando un mensaje a Aubrey, para contarle que había salido de la fiesta.
- ¿Debo asustarme?- preguntó, y su acompañante sonrió, brindando más misterio.
- Confía en mí.
Beca sacó un juego de llaves de la caja registradora, y abrió una puerta detrás del mostrador. Era la cocina del lugar, y a juzgar por el fuerte aroma a comida, no habían cerrado hace mucho tiempo.
- Este bar es de unos amigos, los ayudé a pagar los gastos cuando empezaron, y como no acepté que me devolvieran el dinero, tengo acceso a él cuando quiera.
- Es un lugar muy bonito. Nunca había pasado por aquí.
- Bueno, ya conoces el lugar por si algún día quieres venir.- mientras Beca hablaba, abría las heladeras, y sacaba algunos tuppers con comida.- Me gusta cocinar, pero creo que vendieron muy bien hoy y no hay demasiados insumos, así que... ¿Un filete y una buena ensalada suenan bien para ti?
- ¿Vas a cocinar?
- Bueno, yo tengo hambre. ¿Tú no?
- Yo... Sí, claro.- Chloe sonrió, y se ubicó frente a ella para observar cómo ordenaba el lugar para empezar a cocinar. Claro, luego de colocarse un delantal negro que sacó de un cajón.
Conocía el lugar perfectamente, sabía dónde encontrar cada cosa que necesitaba, se movía con libertad, y también hablaba. Era inteligente, misteriosa, y muy divertida también. Sabía mucho sobre el mundo del cine, el detrás de cámaras, y la edición. Pero también conocía sobre las culturas alrededor del mundo, la historia que envolvía los pueblos. Era una gran amante de la música, pero aún más de la literatura. En su tiempo libre veía series, o escribía. Podría ser una buena guionista si se lo proponía, pero aún tenía miedo de mostrar esa faceta suya. Chloe estaba fascinada.
Compartían su amor por el cine. Chloe aspiraba a ser directora si todo salía bien, y se lo contó con mucho entusiasmo. Pero no quiso dar muchos detalles respecto a por qué aún no había empezado en la escuela de cine. Saber de Beca le parecía más interesante. Conocerla parecía un desafío interminable, en el que quería zambullirse sin pensarlo.
La ayudó a llevar los platos con comida a una de las mesas, donde Beca colocó dos copas, una jarra con agua y un vino que juró era lo mejor que iba a probar en toda la ciudad.
- Supongo que este bar es tu lugar de citas.- bromeó Chloe, justo antes de tomar los cubiertos entre sus manos para probar la comida.
- Jamás he venido aquí con alguien. Bueno, excepto Stacie. Así que considerate afortunada.
- Bueno, podría poner en mi carta de presentación que cené con una actriz en un bar cerrado.
- No mencionar mis dotes culinarios sería realmente una falta de respeto. Vamos, prueba mi comida y dime si no merecería una página aparte.
Ella en verdad era una excelente cocinera, por no decir la mejor que había conocido alguna vez. Y era una cosa más que agregar a su enorme listado de cosas que hacía increíblemente bien.
La confianza que había entre ellas llevó a Chloe a contarle un poco sobre su vida. Sobre su relación tortuosa con su padre, su lucha inmensa para salvar a su madre de una situación más que complicada, sus hermanos que apenas conocía, y su enorme esfuerzo diario para no caer en el abuso de las drogas. No profundizó detalles, pero lo que dijo pareció suficiente para Beca. Y por mucho que Chloe intentara encontrar esa mirada de compasión que encontraba en el resto del mundo, no lo logró con ella. No había rastros de algún sentimiento negativo en el rostro de Beca. Sí había algunas dudas atravesando su interior, podía verlas en sus ojos, pero fue muy educada y no las mencionó. Sólo escuchó. Y en medio de esa conversación se les pasaron las horas.
- Si mi reloj no falla, son las tres de la mañana y tu amiga ni la mía dieron señales de vida.- dijo Beca al cabo de un rato.
- No creo que ellas estén interesadas en pasar la noche con nosotras, si es que me entiendes.
- ¿Tú qué harás?
- Regresar a mi departamento, supongo.
- Déjame llevarte.
- Oh, no, no, no. No podría pedirte eso después de todo esto.
- No estás pidiéndome nada, me estoy ofreciendo a hacerlo. Sólo déjame y estaré tranquila al saber que has llegado sana y salva a tu hogar.
- Eres persuasiva, ¿eh?
La sonrisa pícara de Chloe había sido suficiente para que la otra supiera que había cedido ante su pedido. Dejaron las cosas en orden antes de irse. Chloe llamó a Aubrey, Beca a Stacie. Ninguna obtuvo respuesta, así que supusieron que estaban ocupadas y decidieron no insistir. Beca dijo que Stacie era una experta en conquistas, y que no le extrañaría que estuviera en su departamento con Aubrey.
Marcharon en un auto negro, y Chloe guió a la actriz hasta llegar a su hogar.
- Es aquí.- dijo, y el vehículo se detuvo frente a un edificio bastante precario en la ciudad.
- Ahora sé dónde vives.- comentó Beca, observando el lugar.
- Estoy segura que no querrás venir aquí otra vez.- el convencimiento de la pelirroja lastimó un poco a la actriz, porque odiaba sentir que la gente la juzgaba por su apariencia.
- Por eso te marchaste de la fiesta, ¿cierto? Porque sentías que no encajabas.
- Fue un poco de eso, sí.
- Creo que te equivocas respecto a eso. Tuvimos una cena muy interesante, y fue divertido pasar tiempo contigo. Estoy muy lejos de juzgarte por el lugar donde vives o la ropa que usas.
- Lo siento. Tú eres diferente.
- ¿Lo pasaste bien?
- Fue una de las mejores noches de toda mi vida. En verdad. Hace mucho tiempo no me sentía tan bien.
- Eres hermosa, Chloe.- confesó, y tiró su cabeza hasta descansar en el asiento de su auto. Giró su rostro y la miró directamente.- La más hermosa mujer que haya conocido alguna vez. Y no me importa de dónde vienes, de dónde eres, o cómo vistes. Quiero conocerte más, quiero saber más de ti. Así que no pienses que no encajas o que podría juzgarte por algo de lo que eres, porque sólo quiero volver a la tranquilidad de ese bar y cocinar para ti otra vez, sentarme a comer contigo y hablar sobre nuestras vidas sin prejuicios. Hace mucho tiempo no me sentía así.- el silencio reinó en el lugar. Chloe no sabía qué decir.- Y pensé que luego de mostrarte todas esas cosas mías que me hacen una completa nerd, saldrías corriendo, pero te quedaste y me escuchaste con atención. Eres una mujer muy interesante, Chloe Beale y realmente estoy desesperada por besarte pero no me parece algo apropiado para una primera cita.
- Búscame mañana y si tenemos una cita como esta, veremos qué pasa luego.- Chloe se sacó el cinturón, dejó un beso en su mejilla y sonrió antes de bajar del auto.
Dejó a Beca inmóvil por unos segundos, pero sonriendo como si nunca hubiera pasado por algo así. Chloe era un misterio. Y ella había caído completamente en ese misterio.

(Re) Escribir nuestra historia.Where stories live. Discover now